La tercera muerte del Deportivo

TORRE DE MARATHÓN

Marcos Míguez

24 jun 2019 . Actualizado a las 20:47 h.

El miedo escénico a subir maniató a un Dépor que en noventa minutos nefastos regresó a marzo en el peor momento de la temporada. ¿Se acuerdan? Fue ese mes en el que tiró por el desagüe la herencia de Natxo González y rompió el cántaro de leche de una afición que soñaba con sumar nueve puntos en tres jornadas seguidas en casa para encaramarse al liderato de la Liga y quién sabe si hasta al ascenso directo. Pero no solo no había ganado ninguno de aquellos partidos, sino que la crisis hasta había acabado con el despido fulminante del técnico para el que se había gestado este proyecto.

Dijo Bóveda tras el partido de ida de esta eliminatoria final que el vestuario no iba a inflar globos, ni comprar serpentinas. Más le hubiera valido que lo hubiera hecho, si así hubiera gestionado mejor sus triunfos. Si así se hubiera creído de verdad que el ascenso estaba al alcance de la mano. Porque este proyecto del Dépor murió anoche de éxito por tercera vez. La primera llegó al cabo del 2018, cuando viajó al Carranza y al Cádiz le bastaron tres rugidos para devorárselo. La segunda, en el referido marzo, cuando tras levantar la cabeza con una brillante victoria frente al Albacete en Riazor y varios triunfos a domicilio (Gijón, Granada) se achicó precisamente en casa, donde no encontraba más que el viento a favor de su afición. Y la tercera llegó anoche, otra vez cuesta abajo, con muchas rifas en la mano para que le tocase la tómbola, dos goles a favor y amparado por la comunión con una hinchada que siempre confió en él. Pero de nuevo se estrelló.

Ya es significativo que este Deportivo confeccionado para subir se haya ahogado en su propia desidia justo cuando ha tenido el objetivo más a pedir de boca. ¿Qué ha fallado hasta en las tres ocasiones para que esta plantilla de quilates, el tercer techo salarial de Segunda, se haya encogido precisamente en el momento decisivo? Comienza ahora la reconstrucción de un equipo que hace 30 años que no gestiona dos temporadas seguidas en Segunda y de un proyecto que tendrá que volver a pujar por el ascenso. Que el club aprenda en la cabeza ¿ajena? de sus propios jugadores.