Se vio gente grande llorar, niños consolados por sus padres y padres sin consuelo. Lo dicho, nadie pensaba que lo que ocurrió, ocurriría.
Alexandre Centeno
Un Deportivo cobarde. Sin ideas, a merced en todo momento de un equipo recién ascendido de Segunda B desperdició los dos goles de renta cosechados el jueves en Riazor, renunciando así a jugar la próxima temporada en Primera División. La cobardía del planteamiento de José Luis Martí convirtió a su ex-equipo en nuevo conjunto de la máxima categoría del fútbol español. Mientras, A Coruña llora una noche de San Xoán preparada para una gran fiesta que «nos quitaron dos fuciños», que diría Arsenio.
El partido siguió el guión esperado. El Mallorca, empujado por un estadio que, a pesar de las pistas de atletismo, rugió como pocas veces, fue a por un Deportivo que, otra vez, se mostró timorato.
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