Tino dice adiós; Vidal y Zas esperan

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Los accionistas del Deportivo elegirán hoy al sucesor del actual presidente en un proceso electoral que, por falta de apoyos, ha quedado reducido a un mano a mano en el que Fernández tiene la llave

28 may 2019 . Actualizado a las 11:49 h.

Cinco años y cuatro meses después de salir elegido por una mayoría aplastante como presidente del Deportivo, Tino Fernández dirá esta tarde-noche adiós al sillón de la plaza de Pontevedra. Ayer no hubo cuórum en la primera convocatoria, de modo que los accionistas están citados para hoy a las siete en Palexco para elegir al hombre que deberá sustituirlo durante los cinco próximos años. Cuatro candidatos se han postulado hasta el momento para ocupar su puesto: Fernando Vidal, Paco Zas, Jesús Martínez Loira y Manuel López Cascallar. Un póker de aspirantes que, a la hora de la verdad, queda reducido a un mano a mano entre los dos primeros. Salvo que en la propia junta alguien se postule, según recoge la Ley de Sociedades de Capital.

El exconsejero del área deportiva, que marca cierta ruptura con el pasado, frente al durante algunas semanas rival de Tino en el 2014, que ahora encarna el continuismo. Fernando Vidal frente a Paco Zas.

Más de ciento setenta y un mil títulos pertenecientes a 25.333 accionistas decidirán, sobre el papel, quién pilotará la nave blanquiazul durante el próximo quinquenio. Sin embargo la realidad es otra, y apenas un 30 % de las acciones estarán presentes o representadas en la votación de esta tarde-noche.

Es la primera vez en la historia del Deportivo como SAD que se llega al día de la junta sin saber quién saldrá elegido presidente. Y es que la llave la tiene Tino Fernández, después de que Estrella Galicia, principal accionista, confirmara ayer que no apoyará a ningún candidato. Sostiene la cervecera que la única motivación que la ha movido a comprar acciones era ayudar a la sociedad y que apoyará al socio que esta noche salga elegido presidente. Sea quien sea.

De esta manera, el siguiente en el ránking de accionistas es Tino Fernández, quién, además, en las últimas semanas ha recibido un importante número de delegaciones de otros propietarios del club. De este modo, algunas fuentes aseguran que será la persona que más títulos entre propios y representados tendrá en la sala. O, lo que es lo mismo, mayor número de votos tendrá y suya será, por tanto, la decisión de quién será el nuevo presidente del Deportivo.

En principio, no está previsto que el actual dirigente abandone el club sin antes ejercer su derecho de voto y apoyar a uno de los candidatos. Sin embargo, ya advirtió en el momento de anunciar su retirada que comunicaría su decisión hasta esta noche. Se desconoce si en el discurso que efectuará de despedida antes de la votación hará pública cuál será su postura ante las urnas.

Desde que se abrió este proceso electoral, los principales candidatos a ocupar el sillón presidencial han tratado de obtener la bendición del presidente saliente. Pero, aunque diversas fuentes aseguran que esta podría recaer en Paco Zas, la realidad es que la decisión final sobre si apoyar a alguno o abstenerse está en manos del propio Tino Fernández, que tiene hasta la noche para adoptar una decisión, mantener la que tiene o variar cualquier posible intención que tuviera.

En esta tesitura, Jesús Martínez Loira compareció ayer en público para leer un comunicado en el que abogó por aprovechar las últimas horas antes de la cita de esta noche para elaborar una candidatura de unidad. Sostiene que nadie, ni él, ha conseguido un respaldo mayoritario, por lo que le gustaría la unión de todos los aspirantes y conformar un equipo. El guante no fue recogido ni por Zas ni por Vidal, que continuarán adelante en su mano a mano particular.

A diferencia de lo sucedido hace cinco años, cuando el deportivismo dio la espalda a un Lendoiro que dejaba el club en pleno proceso concursal y con una deuda de ciento sesenta millones de euros, el que gane esta noche recibirá un Deportivo ordenado económicamente. Sin embargo, tendrá que gestionar también un lastre de malas decisiones deportivas que han condenado al equipo al pozo de una Segunda División de la que le costará salir.