Fernando Vidal: «El objetivo es subir, reducir deuda y que la gente se sienta orgullosa»

Alex Centeno / Paulo Alonso

TORRE DE MARATHÓN

Senén Rouco

Entiende la junta del martes como un test de fuerza de deportivismo en el que se ve ganador

27 may 2019 . Actualizado a las 09:49 h.

Apenas lleva cinco días de campaña, pero físicamente le está haciendo mella. Muchos actos. Entrevistas. Comparecencias públicas. Y una tortícolis que apenas le deja moverse. Pero su ilusión es tal que, ni siquiera el fuerte efecto de los antiinflamatorios lo tumba. Fernando Vidal Raposo (A Coruña, 1962) afronta esta carrera electoral y la votación del próximo martes como un test de fuerza de deportivismo y en esa batalla se ve ganador. Es consciente de que con eso no llega para ser presidente, pero a él le reconfortará porque asegura que, desde que anunció su candidatura, ha notado el cariño de la afición. De esa que va cada domingo a Riazor aunque no tenga acciones suficientes para decidir el nuevo consejo. Y hacia esos deportivistas dirige un proyecto cuyo objetivo es «subir, reducir deuda y que la gente se sienta orgullosa». Porque si algo desea el que fuera consejero del área deportiva es «dejar el club mucho más enraizado en la gente».

-Ha sido el último en unirse a la carrera electoral. ¿Qué sensación tiene de los apoyos con los que contará?

-Estamos hablando con muchísima gente: pequeños accionistas, grandes... La sensación es que tenemos mucho apoyo en el deportivismo de base. Esto está siendo un test de fuerza de deportivismo. Y esta candidatura tiene mucha fuerza. Si luego te apoya un accionista muy grande… Conseguir mil acciones de minoritarios requiere mucho esfuerzo. Si uno solo tiene tres mil, supone una enorme diferencia. Nosotros nos presentamos para ganar. Si luego el resultado se decanta porque una candidatura es apoyada por el consejo saliente, poco se puede hacer. Pero intentamos tener más acciones que las otras candidaturas sin ese respaldo.

-¿Cuál es su objetivo en caso de ser presidente?

-Me gustaría dejar al Deportivo en Primera. Que ascienda este año, si puede ser. Curiosamente, con dos ascensos del femenino y si el primer equipo sube, esta sería una grandísima temporada. Por eso, resulta un poco kafkiano que el consejo haya dimitido. Pero mi gran objetivo es que el Dépor se mantenga siempre en Primera, claro. Sabiendo las dificultades económicas que hay respecto a otros clubes. Y si cogemos el equipo en Segunda, el objetivo es subir, reducir deuda, [que ahora aún es de 80 millones], y que la gente se sienta orgullosa. Me gustaría dejar el club mucho más enraizado en la gente.

-En su presentación insistió en que quería formar una junta directiva más que un consejo. Choca con la visión de hace cinco años de que el Dépor era una empresa.

-Cuando llegamos hace cinco años no había ninguna estructura profesional. Necesitábamos que gente cualificada diera ese grado ejecutivo en cada área. Y creamos un Deportivo profesionalizado, momento en el que la labor del consejo de administración fue más de consejero que de ejecutivos. Ser consejero es muy fácil. Ahora hacen falta directivos. Lo que te hace sufrir, saltar de alegría y tristeza es ser directivo cada siete días.

-¿Cambiarán mucho las direcciones ejecutivas?

-Lo que funciona bien, no se cambia. Pero habrá que sentarse, hacer ajustes y, probablemente, en algún área determinada sí que haya que hacer cambios. Pero con mucha calma. Si nosotros llegamos ahí, cambiará un poco el estilo y el talante del consejo. No será ni mejor ni peor. Será diferente. Y quiero que ese talante se extrapole a la plaza de Pontevedra y Abegondo.

-¿Cómo es ese talante?

-De diálogo. Creo que ha faltado diálogo con algunos sectores. Nosotros somos cercanos, integradores... En cuanto a los profesionales, que me preguntaba antes, creo a nivel económico no hay que tocar nada, sino potenciarlo. Nuestro principal acreedor está contento y yo también.

-¿Se ha arrepentido de dimitir?

-En absoluto. Marché convencido de que hacía lo correcto. Me fui con la cabeza alta. Elegantemente. Y me mantuve a un lado. Si Tino Fernández no hubiera dimitido, yo hubiera seguido con mi vida. Esto es una situación de emergencia porque hay una dimisión del consejo. Me siento obligado porque observo que no hay otras alternativas que lleguen al deportivismo.

-Su candidatura pretende centrarse en el verde. ¿Cuál es su idea de fútbol?

-Lo importante es elegir a las personas que plasmen las ideas en el campo. El fútbol es trabajo, humildad y acertar con el director deportivo, secretario técnico y entrenador. Hacer la plantilla lo más competitiva y un proyecto serio de fútbol base. La cantera hay que resetearla. Hay que trabajar con el talento de aquí. Hay varios modelos. Por ejemplo, la Real es un modelo mixto: de gente de la tierra y de fuera. Pues a ese modelo tenemos que ir.

-¿Por qué cinco años después hay que resetear?

-Cuando llegamos, el Dépor tenía otro problema diferente. De orden. Los entrenadores no tenían contrato. No había autobuses a Abegondo. No íbamos a casi ningún torneo... Ahora todo ha cambiado. Desarrollamos incluso los campus a un nivel altísimo. Los niños van invitados a los mejores torneos de Europa. Albert Gil ha hecho un trabajo extraordinario en la cantera y ahora hay que darle fútbol. Él seguirá teniendo un puesto de peso pero en otra labor.

-A usted se le atribuyen los fallos de la cantera y tiene parte de culpa del descenso.

-(Interrumpe) Discrepo. Cuando uno está en un cargo de estos y es consejero y en los primeros dos años sí tiene labor ejecutiva. Luego el club se profesionaliza y el consejero pasa a ser consejero. No me escondo de nada, pero el día 3 de octubre del 2017, el Dépor estaba en Primera, fuera de descenso; el Fabril, líder de Segunda B; las chicas, líderes con el Oviedo Moderno; y el juvenil de División de Honor, a dos puntos del Sporting. Las circunstancias son las que son. No digo que pasara porque yo no estaba, pero...

-Pero si se atribuye parte del mérito del primer ascenso, alguna responsabilidad tendrá en ese descenso.

-Por supuesto. Asumo toda la responsabilidad que me corresponde. En lo bueno y en lo malo. Hay un equipo de profesionales, que también toma decisiones. Todos somos responsables. Si yo soy el primero, soy el primero. Pero la situación real es la que digo yo.

-En lo positivo, el equipo femenino y el Fabril.

-El equipo femenino es una apuesta de Tino Fernández y del Fabril sí que me siento orgulloso.

En blanquiazul

-Primer partido en Riazor.

-Un Deportivo-Espanyol, que vi en la Grada Elevada, en el año 1968, aproximadamente. Pero el primero que recuerdo bien yendo ya a Especial Niños fue el 6 de enero de 1971, el ascenso contra el Rayo, con gol de Beci.

-Un futbolista.

-Manolete.

-Un entrenador.

-Arsenio Iglesias.

-Un partido.

-El del centenariazo.

-Una victoria.

-La que nos dio el gol de Vicente al Racing de Santander.

-Una derrota.

-Dudo entre dos: el penalti de Djukic, que no fue una derrota en un partido pero sí lo que supuso; y aquella que sufrimos frente al Rayo en 1983 y que nos privó de subir a Primera cuando teníamos todo a favor.

-Alguna camiseta que guarde.

-Muchas. Entre ellas, varias de Feiraco.

-La más bonita de la historia.

-Siempre me gustó mucho la de raya ancha.

-Algún amuleto o manía antes de los partidos.

-Muchísimas manías. De consejero, más. Mis compañeros y yo nos hartábamos de comprar elefantes de la suerte. Cambiábamos continuamente de corbata. De trajes... Cuando iba bien una cosa, repetías, pero al día siguiente cambiábamos. Hemos hecho de todo. Yo, hasta fui a Pastoriza.

-¿Por qué renunciaría a ser presidente del Deportivo

-Por el ascenso.

-Un once.

-Acuña; Manuel Pablo, Djukic, Luis Otero (el abuelo de mi mujer), Capdevila; Mauro Silva; Luis Suárez, Fran; Amancio, Bebeto y Rivaldo.

-¿Qué haría ese equipo en la actual Liga española?

-Es muy difícil decirlo porque el fútbol ha cambiado mucho. Pero está claro que lucharía por los primeros puestos.