Ahora mismo no llega con victorias morales

José Manuel Pose

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

13 may 2019 . Actualizado a las 10:47 h.

Disfrutamos del mejor partido del 2019 en Riazor, pero como no estaba delante ni el Numancia ni el Zaragoza, frente a los que no hizo falta un rendimiento elevado para sumar los tres puntos, el Dépor apenas sumó uno por culpa de errores del pasado. El once otra vez respondió a lo que se espera de este equipo: jugadores por banda, dos delanteros y dos mediocentros con papeles bien determinados, uno más conservador y otro más ofensivo. Así, la primera parte fue buena delante de un muy buen equipo, que saltó al campo con las ideas claras. El 1-0 manifestó la superioridad del Deportivo frente a un Cádiz que no le inquietó en los 45 minutos iniciales.

Pero a la vuelta de los vestuarios el campo volvió a inclinarse sobre la portería coruñesa. No sé si por conservadurismo, o por la mentalidad colectiva de los jugadores, pero el caso es que el equipo cedió la iniciativa al rival. Y, después, cuando quiso volver a ponerse por delante, ya apenas pudo generar ocasiones, salvo fruto de arreones excepcionales. Me gustaría destacar desde el punto de vista individual, una vez más, la labor de Dani Giménez. Esta vez no hizo demasiadas paradas, pero sí importantes. Y, por supuesto, a Carlos Fernández. Es verdad que el Deportivo se adelantó, pero también dejó una sensación de querer y no poder. En la recta final del partido pudo pasar cualquier cosa, pero reconozco que cualquier cosa que hubiera pasado sería injusta.

Quizá el Dépor mereció un triunfo a los puntos, pero también es cierto que el Cádiz manejó muy bien los tiempos, incluso por debajo en el marcador. Hasta sabía que el golaveraje estaba ganado. Ahora mismo no llega con la victoria moral. Todos disfrutamos de un fútbol atrevido, incluso alocado desde punto de vista de un entrenador, pero el resultado final reflejó el partido que se vio.