Un disparo, tres puntos

TORRE DE MARATHÓN

LOF

Pese a plantear un once de clara vocación ofensiva, el Dépor solo logró disparar un tiro entre los tres palos

04 may 2019 . Actualizado a las 22:28 h.

Señalado por la grada ante el Extremadura y diluido entre las prisas pasadas en Soria, Pedro Sánchez pisó el césped de La Romareda a última hora para dar vida al Deportivo de cara al tramo final de Liga. En una de esas sustituciones de minuto ochenta y pico que no suelen despertar demasiada fe, el extremo fue asistido de manera brillante por Edu Expósito para anotar el gol de la victoria en el único disparo a puerta que efectuó el equipo de Martí en todo el partido.

El técnico de los coruñeses se deshizo en elogios hacia el 15. «Cuando hablo de Pedro me tendría que poner en pie», comentaba Martí ensalzando el rol de obrero de la plantilla de un hombre que antes de la pelota manejaba la paleta de albañil.

Se mostró satisfecho el entrenador, aunque se cuidó de no desatar el menor atisbo de euforia. Bajo su batuta se ha logrado que el equipo vuelva a enlazar dos victorias seguidas, algo que los herculinos no hacían desde que consiguieron vencer a Albacete y Sporting de Gijón en el mes de enero. Buscan ahora la tercera, un hito no alcanzado este curso.

Pedro Sánchez hizo valer la famosa ley del ex. Esa que el Deportivo ha sufrido más que disfrutado este curso (Manu Sánchez, Aythami, Pepe Mel o Cristóbal Parralo). Por suerte el alicantino le tiene cogida la medida a La Romareda donde ha anotado en sus dos últimas visitas ligueras a sus excompañeros. «El fútbol, a veces te quita y a veces te da. Hay que acordarse que hace dos meses no ganábamos a nadie y no conseguíamos crear ocasiones». Tras el tópico, quizás se vino arriba el alicantino. El Deportivo más ofensivo -con Carlos Fernández, Quique, Borja Valle y Fede Cartabia en el once- disparó una única vez entre los tres palos. La dudas atenazaron al Deportivo ante un equipo competitivo, mejor de lo que la tabla dice, pero inferior en todos los aspectos baremables. El Zaragoza propuso más y pudo haberse llevado los tres puntos de no ser porque su situación liguera no es casual -es el segundo equipo menos goleador en su estadio- y porque Dani Giménez volvió a ejercer de salvador de los coruñeses siendo el hombre más determinante del duelo. Que el Deportivo dependa más de su portero que de su sala de máquinas es una mala señal.

Y tal vez ese sea el gran mérito de Martí en Zaragoza. Merecer menos y ganar más.