Victoria tras renunciar a los experimentos

TORRE DE MARATHÓN

LOF

Martí devolvió en Soria la batuta del centro del campo a Bergantiños y apostó por un once reconocible

27 abr 2019 . Actualizado a las 00:08 h.

Michele Somma llegó al equipo como un elemento un tanto exótico. Históricamente, el Deportivo no había conocido defensas del país en el que la defensa es filosofía de juego. Su primer partido completo fue en Majadahonda y, tras un tropezón inoportuno, solo el colegiado anulando por falta el tanto de Toni Martínez le salvó de ser salir señalado del Cerro del Espino. Volvió a la titularidad ante el Cádiz. Un error suyo propició el primer gol y no compareció en el segundo. El equipo regresó con un saco de goles del Carranza para cerrar el año. Su último partido completo sería en Riazor ante el Nástic. La mala fortuna quiso que un disparo de Luis Suárez golpease en él. La pelota entró y el Deportivo se instaló en la crisis.

En Soria, Somma anotó a los ocho minutos de partido su primer gol del curso. El único elemento extraño en el once de Martí funcionó. Aunque el central sigue con el gafe tras una expulsión que da pie a alimentar, un día más, las teorías de la conspiración sobre los arbitrajes sufridos por los coruñeses este curso.

El ex del Brescia ocupó la plaza que Pablo Marí dejó vacante tras su quinta tarjeta ante el Extremadura. El resto del equipo que el entrenador desplegó sobre el césped al inicio coincidiría con el que 9 de cada 10 aficionados herculinos hubiesen alineado, teniendo en cuenta la ausencia de David Simón y el «expediente X» que sigue siendo Saúl.

Independientemente de los matices al dibujo -un 4-4-2 con Fede Cartabia y Borja Valle ocupando las bandas-, hombre por hombre, los once de Soria formaron, por fin, un equipo de consenso. Bergantiños volvió a la titularidad tras los recurrentes experimentos de dejar en manos de Didier Moreno la contención, esta semana en la grada. Carlos Fernández fue también de la partida en una apuesta arriesgada. El delantero salió con molestias del terreno después de 78 minutos sobre el verde. No midió Martí con la exigencia física a la que sometió el sevillano, que apenas había disfrutado de 290 minutos en las últimas 19 jornadas. El Deportivo puede haberse ganado a pulso muchas de sus desgracias, pero el infortunio con el talentoso delantero es uno de los mayores dramas por todo lo que aporta al juego.

El Deportivo, sin brillo y con apuros, volvió a ser por fin un equipo reconocible. Sin dar demasiados argumentos para el optimismo, pero solvente. Lo que era antes de su descomposición.