Pitada al equipo y a la directiva tras la derrota ante el Extremadura

La Voz

TORRE DE MARATHÓN

Marcos Míguez

La mala primera parte del equipo desesperó a a la hinchada coruñesa

21 abr 2019 . Actualizado a las 18:55 h.

Con tres meses ya cumplidos desde que el Deportivo brindó por última vez una victoria a su afición -ante el Albacete el 20 de enero del 2019-, la hinchada explotó. Dos meses sin ganar -con excepción de los tres puntos sumados sin saltar al campo ante el Reus- han dejado al equipo fuera del play off y a Natxo González en el paro. No ha mejorado el equipo. Tampoco tras los primeros 90 minutos de Martí en casa. El gol de Olabe en el minuto 23 de partido terminó por desquiciar a la parroquia.

Primero fue Pedro Sánchez uno de los señalados por la música de viento del público. Tampoco el colombiano Didier Moreno, cuya acción más destacada en el primer tiempo fue la tarjeta amarilla recibida, se salvó de la quema. Fue silbado el cafetero antes de que, con el pitido del colegiado, los once componentes del equipo deportivista se fuesen entre pitos a los vestuarios. 

La paciencia de Riazor viene agotándose en las últimas fechas a raíz de los pésimos resultados de la segunda vuelta. Esta vez no se esperó al pitido final y fue ya al intermedio cuando los silbidos se abalanzaron desde la grada sobre los jugadores y, por extensión, también sobre el entrenador que en las pocas fechas de las que ha dispuesto, todavía no ha logrado lavar la imagen del equipo. 

En la recta final del partido el gol de Christian Santos había reactivado los ánimos de una grada que no paró de creer en la remontada hasta que el cronómetro alcanzó el minuto noventa. Es la segunda vez seguida que la hinchada abronca a su equipo y a los dirigentes del club tras una nueva derrota como local.

La afición del Deportivo volvió a hablar claro tras al término del encuentro. Los pitos, que ya se habían escuchado en varios momentos del partido y también en el descanso, se volvieron generalizados cuando el árbitro pitó el final del duelo. Los gritos y cánticos contra la directiva, así como los silbidos generalizados al equipo ensordecieron el estadio.