El acuerdo entre el Deportivo y José Luis Martí, casi cerrado

TORRE DE MARATHÓN

Después de la destitución del entrenador vitoriano como epílogo a la pañolada de Riazor, confiará en el exfutbolista del Sevilla para agarrarse al ascenso directo a nueve jornadas del final

08 abr 2019 . Actualizado a las 10:24 h.

En una tarde frenética, el club despidió a Natxo González y, a falta de confirmación oficial, eligió a José Luis Martí como sucesor, en principio hasta final de temporada. El que, salvo giro inesperado, se convertirá en nuevo entrenador deportivista, de 43 años y que fue futbolista con medio millar de partidos en la élite, aterriza con la obligación del retorno a Primera División. A siete puntos del ascenso directo, su estreno al frente del equipo coruñés llegará el sábado (18.00 horas, Partidazo) en el fortín del líder Osasuna, donde tratará de resurgir y se jugará sus últimas posibilidades de alcanzar las dos primeras plazas. El club desea que el nuevo técnico, con el que el acuerdo estaba anoche casi cerrado, dirija el próximo entrenamiento del equipo, previsto para mañana en la ciudad deportiva.

El Dépor se encomienda a un exfutbolista que fue mediocentro de dorado palmarés, levantó la Copa y por dos veces la Liga Europa con el Sevilla, hasta que colgó las botas con 40 años en el equipo de su tierra, el Mallorca, hace solo cuatro veranos. No obstante, presenta un corto bagaje como entrenador. Ahora llevaba un año sin equipo, pero para su estreno en el banquillo del Tenerife nada más que esperó unos meses. Allí apenas se sentó una temporada completa, pues llegó en noviembre del 2015 y fue despedido en febrero del 2018.

Eso sí, en aquella campaña que protagonizó de principio a fin guio al cuadro canario (en el que militaban Choco Lozano, Amath o Gaku Shibasaki) hasta la eliminatoria final de la promoción, donde ganó por 1-0 al Getafe de Bordalás en la ida, pero luego perdió por 3-1. Un único gol le privó del ascenso, pero ni siquiera rozar el éxito le concedió una vida extra, pues no le dejaron terminar la siguiente campaña y fue destituido a las 25 jornadas, cuando el equipo sumaba un único punto sobre el descenso.

Desconexión con Riazor

El despido de Natxo González zanjó abruptamente la etapa del entrenador vitoriano en A Coruña, de donde se marcha con un bagaje de 13 victorias, 15 empates y 5 derrotas, incluidas dos en los tres últimos partidos en casa. Precisamente, la desconexión del Deportivo con sus aficionados, las gradas de Riazor cada vez más vacías, y la masiva pañolada del pasado sábado en el estadio desencadenaron una medida que hasta hace solo unos días resultaba impensable en el seno del club.

En un paupérrimo 2019 que está poniendo en entredicho hasta la clasificación entre los seis primeros, el adiós del entrenador vasco se convierte en el primer tropezón del proyecto del club para retornar de inmediato a la máxima categoría, que descansa en la plantilla diseñada por el director deportivo Carmelo del Pozo, pero también en la decidida apuesta que este hizo el pasado verano por un entrenador que disponía de contrato en vigor y con un perfil casi desconocido para la afición de Riazor.

Tras la derrota contra el Majadahonda, la bronca de la hinchada no se acordó del entrenador, cuya posición, como señaló La Voz en la edición de ayer, quedaba muy comprometida y pendiente de una reunión en las altas esferas del club. Todos los dedos en el estadio había señalado a la directiva y la drástica decisión de ayer volvió a apuntar a Tino Fernández, al que sigue sin temblarle el pulso a la hora de fulminar entrenadores en los cinco años que lleva al frente del club. Ni en la etapa de Richard Barral al frente de la dirección deportiva, ni ahora con Del Pozo la paciencia ha figurado entre sus virtudes a la hora de analizar y digerir los malos resultados del equipo.

Ahora, la salida de Natxo vuelve a vaciar de técnicos la primera plantilla, pues de su mano habían llegado un segundo y un tercer entrenadores, así como un preparador de porteros, cuyo futuro está ligado inequívocamente al del vasco, pero a los que el club no se refirió en la nota de despido. Así, Martí, que llegará con la primera premisa de enderezar la marcha de un equipo cuya crisis todos confían en que haya tocado fondo, partirá de cero cuando queda un esprint de nueve jornadas para el final de Liga.