El sudor solo da un punto al Deportivo ante el Tenerife

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Los coruñeses sellaron un empate sufrido frente a un Tenerife que los tuteó hasta el final

03 feb 2019 . Actualizado a las 00:06 h.

El empate se volvió un premio de circunstancias para un Dépor con poco fútbol y menos acierto. Los coruñeses siguen sin perder en la segunda vuelta, donde suman siete de nueve puntos posibles, pero desaprovecharon la oportunidad de encaramarse al liderato provisional. Después de dos victorias consecutivas se esperaba más de un Dépor que porfió hasta el final, pero con más corazón que ideas.

A falta de algunos de sus mejores peloteros (Vicente Gómez, Carlos Fernández o Cartabia, que fue suplente), Natxo González optó por el músculo de Didier Moreno y el oportunismo de Quique y Santos. Los coruñeses se toparon así con un Tenerife con las ideas claras y que desde el principio le hizo sufrir como ninguno en Riazor.

El primer tiempo ofreció a un Dépor atragantado que creció con el paso de los minutos. La puesta en escena del Tenerife sorprendió a los coruñeses, nerviosos ante la presión visitante, sometidos a un dominio con el que no contaban (49 a 51 % de posesión al descanso) y precipitados hasta pasarse muchos minutos sin pisar el área rival. Así hasta los diez minutos finales, todas las ocasiones correspondieron al equipo de Oltra, que volvió a Riazor para mandar.

Nada más empezar, Dani Giménez respondió imperial a un cabezazo de Jorge Sáenz pegado al palo y, ya en el ecuador del período, Malbasic no aprovechó un pase a la espalda de la defensa deportivista. El Tenerife exigió la mejor versión de los coruñeses, que tardaron en encontrar la llave para apretar a su correoso adversario. Solo dos robos en campo contrario enfriaron los ánimos de los isleños. Valle chutó tras el primero, pero su disparo bloqueado acabó en córner y Quique erró el segundo tras una preciosa jugada de tiralíneas en la que el centro final de David Simón le sorprendió a contrapié.

El Dépor volvió a la casilla de salida tras el descanso. Otra vez impreciso hasta la desesperación, incapaz de dar tres pases seguidos (a veces por el referido éxito de la presión del rival y otras por culpa de sus propios problemas para mover el balón con cierta limpieza) y manejado por un rival que nunca dejó de buscarle las cosquillas y que si no las encontró, fue por su mal pie. Concretamente el de Malbasic, que gozó de una buena ocasión a la hora, cuando se revolvió en el área y chutó a las manos de Dani Giménez. Solo respondió Quique, que remontó desde la derecha, pero disparó alto.

La aparición de Cartabia dotó de dinamita al inferior ataque deportivista y por momentos el partido pareció convertirse en uno de aquellos correcalles que tanto le gustaban a Oltra cuando dirigía el banquillo local. El partido volvió a espesarse en el medio con la entrada de Krohn-Dehli por un Didier Moreno al que la amarilla de la primera parte pesaba como una losa en cada balón que disputaba.

Debutó Nahuel pegado a la línea de cal de la izquierda y la ocasión del partido llegó a ocho minutos del final y por su banda, pero la falló el pichichi deportivista. Caballo sirvió un saque de banda al área al delantero, pero este solo ante Dani Hernández, y es cierto que volcado a la izquierda, chutó cruzado rozando el palo. La oportunidad hinchó las velas del Dépor, que se lanzó en pos de los tres puntos, mientras el Tenerife se pertrechaba en busca de las tablas.

Lo mejor

Llevaba muchas jornadas con malas sensaciones y ante el Tenerife seguro que tampoco se marchó al vestuario con una sonrisa, pero al menos el pichichi deportivista se reencontró con las oportunidades de gol. Quique dispuso de las mejores y es cierto que no acertó en ninguna, pero al menos volvió a olfatear el peligro. Ni Santos, ni Valle, ni Cartabia, ni Nahuel pueden decir lo mismo.

Lo peor

El fútbol del Dépor se gestó mal desde el origen. Las imprecisiones, los malos pases, las dificultades en los controles y los balones divididos que cayeron del lado del Tenerife marcaron el partido disputado anoche desde el principio hasta el fin. Queda por ver si se trató simplemente de un mal día en la oficina, o es que los tambores de aquella minicrisis del final de la primera vuelta pueden volver a oírse en Riazor.

El detalle

César Quian

Los catorce equipos que participan en la segunda fase de la Liga Genuine, la competición que se está disputando este fin de semana en Abegondo y que agrupa a equipos integrados por personas del colectivo de discapacitados intelectuales, recibieron el aplauso de la grada durante el descanso del partido de anoche.