Mentes limpias para un partido crucial

Pedro José Barreiros Pereira
pedro barreiros A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Los técnicos del Deportivo inciden esta semana en liberar a la plantilla de la presión de la crisis y en que encaren el importante encuentro contra el Albacete como si fuese el primero

17 ene 2019 . Actualizado a las 09:15 h.

Después de tres partidos sin marcar y con la presión de volver a ganar en casa al cabo de dos empates consecutivos, el Dépor prepara el relevante compromiso del domingo (18.00 horas, Partidazo) contra el Albacete con especial atención en el aspecto psicológico. Natxo González y su cuerpo técnico se están esforzando en las rutinas de esta semana por liberar a sus jugadores de la presión que pudieran sentir por la crisis que atraviesan. En una entrevista a La Voz, el entrenador incidía en la necesidad de que los deportivistas no carguen con ningún lastre mental por culpa de la sucesión de malos resultados del equipo. «Lo importante es el diagnóstico y llegar al domingo liberados, que salgamos a Riazor a disfrutar, como si fuera el primer partido. Es el objetivo de esta semana: si hay algo de contaminación, tratar de eliminarla y que los que salgan, estén limpios de mente», señalaba.

En este sentido, Fede Cartabia llamaba la atención antes del entrenamiento de ayer de las dudas que han anidado en el entorno y que puedan acabar afectado al equipo. «Creo que [la crisis] es un tema más mental que otra cosa por los resultados, por las dudas que nos han dejado algunos partidos, pero queda mucho, tenemos el domingo un partidazo para sacar todas las dudas que tengamos y ganar delante de nuestra gente», dijo, antes de aclarar: «Nosotros no dudamos, pero se ha generado alrededor de nosotros una duda, porque no ganamos, y es normal, porque llevamos un escudo y representamos una camiseta que estamos obligados a ganar en todas las canchas y tenemos que mejorar para seguir haciéndolo».

Una hora de charla

Luego, la charla y el vídeo del cuerpo técnico a la plantilla se prolongaron una hora, y supusieron el preámbulo al trabajo en el césped que, por segundo día consecutivo, alcanzó las dos horas de duración. Los indiscutibles protagonistas son los ejercicios grupales y las tareas en que todo el equipo participaba conjuntamente (se insiste en los partidillos, sean entre dos o tres bandos), pero durante estos dos primeros días de entrenamientos no ha habido momento, por ejemplo, para las prácticas más individuales de disparo, ahora que la sequía de goles arrecia.

Al contrario que el Dépor, que hasta ahora ha enseñado caras bien diferentes en sus partidos de casa y fuera, el Albacete, segundo clasificado liguero y próximo rival del equipo coruñés, se revela como un adversario que poco varía su excelente rendimiento como local y visitante. Así, a domicilio marcó 13 tantos (el segundo que más lleva en la categoría), pero solo ha encajado 9, los mismos que en el estadio Carlos Belmonte.

Pero hasta ahora en Riazor el equipo blanquiazul siempre ha sumado y ha generado un ambiente de confianza que no tiene por qué cortarse. «Es normal que pueda haber cierto enfado -reconocía Natxo González en referencia a la preocupación de los aficionados por culpa de los últimos malos resultados de su equipo-. Pero los vamos a necesitar. Sin ellos es imposible. Han disfrutado con este equipo no hace mucho y les pediría que sigan confiando, que no nos dejen, porque volveremos. No nos hemos marchado, o un poquito sí, pero volveremos, que no tengan la menor duda. Siempre lo que ha demostrado este equipos compromiso y trabajo, saldrán mejor o peor las cosas, pero nadie le puede reprochar a estos jugadores el sacrificio y el compromiso con este escudo».

Así, con la mente limpia y las piernas bien preparadas el Deportivo prepara algo más que el arranque de la segunda vuelta. El Dépor-Albacete se convierte en el primer paso de una carrera que solo puede llevar a la meta del ascenso y también es la salida a una crisis que nunca debió anidar en el vestuario.