Fede Cartabia: «Me sorprende que sin haber hecho aún nada la gente me quiera tanto»

TORRE DE MARATHÓN

El argentino se muestra feliz en A Coruña y asegura que quiere «echar raíces aquí»

18 nov 2018 . Actualizado a las 13:36 h.

Llegó en el verano del 2015 con solo 22 años y la intención de pasar un curso en el Dépor que le permitiera revalorizarse y volver a Valencia para hacerse un hueco en el primer equipo. Regresó a la capital del Turia sin éxito. Y el Dépor volvió a por él. Tras una cesión en Braga volvió al noroeste peninsular para echar raíces. Cuatro años después de aquel erasmus, Federico Nicolás Cartabia (Bombal, Santa Fe, Argentina, 1993) se encuentra asentado en A Coruña, tiene una hija gallega, siente el cariño de la ciudad y piensa en hacer carrera en el Deportivo.

-Ha vuelto al equipo tras otra lesión. ¿Será esta la definitiva?

-Son situaciones del fútbol, que últimamente me han tocado a mí muy seguido. A partir de ahí, toca aprender y seguir trabajando. Por suerte los compañeros que me han suplido lo han hecho muy bien. Así que feliz.

-¿Cómo se afronta mentalmente una situación así en una temporada en la que ha estado más fuera que dentro?

-Soy un chico que al día siguiente de una situación difícil cambia el chip y trato de recuperarme. Se lleva mal, pero, como le digo, por mi forma de ser algo mejor. Y, bueno, ahora pues ya pasó. Toca tratar de agarrar la continuidad que preciso y luego ir poco a poco.

-Su imagen llorando el día que se lesionó no es habitual. ¿Qué pasaba por su cabeza?

-Había sido una semana difícil. Frente al Granada había sentido una pequeña molestia, pero no le di mucha importancia. Y, cuando sentí el pinchazo, pensé que me había roto porque nunca antes había sentido algo así. Por eso la rabia de que me vi mucho tiempo fuera y otra vez sin tener continuidad. Pensé que cada cuatro me pasaba algo y que por qué siempre a mí. Pero, bueno, son cosas del fútbol y también hay que aprender de ello.

-Le duele más que tanta lesión llegue en una temporada en la que estaba con tantas ganas de agradar?

-No tiene por qué. No pienso que, como usted dice, esta temporada tuviera más ganas de agradar que otras. Aquí siempre fui muy feliz. Y lo sigo siendo. Incluso estos meses que no he jugado he sido muy feliz. El grupo humano que hay aquí es muy bueno y eso se nota, tanto fuera de la cancha como dentro. Es un punto en el que este equipo ha mejorado un montón. Y yo trato de aportar mi granito de arena.

-¿Por qué cada vez se prodiga menos en apariciones públicas? Este año, apenas dos ruedas de prensa y poco más.

-Llevo aquí unos años e igual que yo los conozco a ustedes, también ustedes me conocen a mí. No me gusta mucho hablar. Trato de mantenerme al margen todo lo que puedo. No soy un chico de los que no tienen problema de estar siempre concediendo entrevistas. Entiendo que, a veces, hay que salir, pero lo justo y necesario porque no me encuentro nada cómodo. No hay más que eso. Quizá al estar lesionado parece que evito más, pero no es diferente a otros años.

-Situémonos en el mes de agosto en el que anuncia que se queda. ¿Cómo fue aquella decisión? Habrán tenido que pasar muchas cosas por su cabeza durante el verano.

-La verdad es que sí que pasaron muchas cosas por la cabeza. Uno le da muchas vueltas. Y, bueno, el presidente fue el gran culpable de que yo siga aquí. Me transmitió el proyecto con Carmelo y eso me hizo madurar y decidir que me tenía que quedar. Tanta insistencia y ver que las cosas ciertamente estaban cambiando acabó por convencerme. Tengo que echar raíces y este es un buen club para hacerlo. Creo que en el futuro no tendremos problemas para cumplir objetivos.

-¿Ya está pensando en un futuro coruñés a largo plazo?

-Los últimos años me ha tocado andar de aquí para allá y uno se cansa de eso. Es momento de quedarse en un sitio. Y aquí, pues qué quiere que le diga, cada vez que entro en la cancha la gente me aplaude y yo se lo agradezco. Me siento muy bien. Me sorprende que sin haber hecho todavía nada la gente me quiera tanto.

-¿Y la galleguiña (su hija, Aitana, nació en A Coruña), qué culpa tiene de su deseo de quedarse?

-Pues ese fue un punto muy importante. La familia se ha adaptado muy bien a esta ciudad, que es tan acogedora y amable. Y, bueno, la galleguiña ya empieza a hablar del Dépor. Eso también ayuda, claro.

-Dentro de esas conversaciones con el presidente, ¿cuál fue el mensaje que más le llegó?

-El principal, que necesitaba que estuviera mucho tiempo aquí y que echara raíces. Luego, también otras cosas, pero esas quedan entre nosotros.

-Aunque le quedan tres años, ¿está en marcha una ampliación de su contrato?

-No. Eso, de momento, no es lo más importante. Lo importante es que cumplamos los objetivos tanto individuales como colectivos.

-Es el tercer partido de Liga que afronta tras recibir el alta médica. En el primero no entró en la convocatoria, en el segundo fue suplente... ¿Toca ya ser titular?

-Eso pregúnteselo a Natxo. Yo estoy para jugar, pero no sé si voy a estar de inicio. Físicamente, me encuentro en perfectas condiciones, así que ahora será una cuestión técnica.

-Frente al Oviedo, volvió a salir en la segunda parte y con usted llegaron los mejores momentos del Dépor. ¿Teme que se le encasille como revulsivo?

-No es algo nuevo y yo siempre he dicho que no soy un revulsivo. La gente puede decirlo, pero he demostrado que no. Recuerdo que mi primer año se comentaba y los últimos partidos, cuando las papas quemaban, demostré que puedo hacerlo bien jugando de inicio.

-¿Cómo se siente en el esquema de Natxo?

-Trato de poder adaptarme. Si juego en punta, mediapunta… Me va a hacer aprender a leer el juego, moverme un poco mejor entre líneas. Uno está acostumbrado a jugar por fuera. Una situación diferente, menos táctica. Me va a venir bien de cara al futuro para aprender nuevas posiciones.