Edu Expósito: «El balón me saca la sonrisa»

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

MARCOS MIGUEZ

Está satisfecho con su adaptación a la propuesta del Dépor: «Creí que me iba a costar mucho más»

25 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si los padres de Edu Expósito (Barcelona, 1996) hubiesen tenido mucho dinero, «si hubieran sido multimillonarios», el Dépor habría perdido un centrocampista y Marc Márquez habría ganado un rival. «Siempre he tenido moto, desde muy pequeño. Enfrente de casa había un descampado para practicar. Y una cancha de fútbol, también». Ganó el deporte con red.

-De crío quiso ser portero, pero empezó jugando de punta. Al final se ha quedado a medio camino.

-Mi velocidad al jugar el balón me hizo cambiar de posición. El entrenador que me puso en el centro me dijo que mi visión de juego era diferente a la del resto.

-Le asignaron una plaza caliente en cualquier equipo. Hay mucha cautela al apostar por un centrocampista de casa, y el Deportivo es una muestra. Bergantiños ha sudado para abrirse paso y Juan Domínguez vuelve ahora con el Reus a Riazor, donde nunca acabó a cuajar.

-Es un puesto en el que tienes que arriesgar, no tener miedo a perder el balón, querer participar en el juego en todo momento y aislarte del murmullo de la grada cuando fallas. Esto cambia muy rápido y un día te querrán y al siguiente te van a odiar, el futbolista tiene que tener la capacidad de buscar el término medio.

-Eso es fácil de sostener de palabra, pero el error se paga caro.

?Es cierto que el centrocampista no puede fallar y que con cada error estás perdiendo opciones de mantener el puesto por muy bueno que seas, pero eso no puede limitarte.

-¿Cómo gestiona la presión?

?La tranquilidad es lo más importante. Centrarte en trabajar y estar listo.

-Suena sencillo, pero hablo de momentos especialmente complicados en la carrera de un jugador, como cuando el año pasado llegó Seedorf y usted desapareció de las convocatorias.

-Eso fue más difícil. Estaba muy jodido por lo que pasó de la noche a la mañana, pero me ayudó mucho poder jugar con el Fabril. Cuando te sientes cómodo se te pasan las cosas y yo en el Fabril siempre he estado muy cómodo. Estar en contacto con la pelota me ayuda mucho. Me pasaría horas jugando partiditos cortos, haciendo rondos. Nada me gusta más que tocar el balón. Es lo que me saca la sonrisa.

-En el esquema de Natxo se le ha abierto un hueco como interior, donde se le exige mucho en tareas defensivas. ¿Le cuesta?

-Pensaba que me iba a costar mucho más. Cuando supe que venía Natxo y cuál era su sistema ya empecé a prepararme para esto. Entrené mucho de forma individual. Sabía que en teoría mi juego no era el que mejor iba a encajar con el papel de interior, pero me preparé para ello y al final el futbolista se adapta. El sistema al final me beneficia porque me gusta que el balón pase por mí, y aquí jugamos mucho por dentro, con compañeros cerca para poder asociarnos. Me viene bien. Luego sin la pelota el entrenador nos pide no hacer esfuerzos cuando no tocan. Guardárnoslos para el momento oportuno, ser inteligentes. No tener extremos implica un desgaste a la hora de defender, pero creo que lo estamos haciendo bastante bien. El equipo está muy contento con el sistema.

-¿No preferiría actuar por delante de la defensa?

-Desde luego esa también es una buena opción para mí, aunque creo que podría encajar en cualquier puesto del rombo. El menos natural para mí es el de vértice adelantado, pero en los otros tres me encuentro bien.

-Ha completado el segundo nivel del curso de entrenador. ¿Con qué propuesta se identifica?

-El fútbol con balón que me gusta es combinativo, aunque es muy distinto lo que el jugador percibe desde el campo a lo que el entrenador ve desde fuera, y quizá si algún día estoy en el otro puesto me toque adaptarme a lo que tenga y apostar por otro tipo de inicio de jugada, aunque por mi posición y por mi forma de actuar eso es lo que me gusta. Sin balón prefiero apretar arriba y luego cerrarte bien cuando el contrario supera líneas. Lo que hace el Atlético. Nosotros en muchos partidos lo hemos hecho así. En Córdoba nos cerramos muy bien, por ejemplo.

-El Córdoba se instaló en su área durante muchos minutos.

-Al final nos empatan con un balón que cae ahí sin querer. Estábamos defendiendo con solo ocho jugadores y al final pasa eso, pero hicimos lo que había que hacer. Apretamos lo que teníamos que apretar y defendimos nuestra portería, si llegamos a obtener esa victoria el refuerzo habría sido aún mayor.

-Y en la relación entrenador-jugador, ¿qué estilo prefiere?

-Me gusta el entrenador que habla, que transmita, pero hay que tener cuidado. El entrenador que habla demasiado corre mayor riesgo de perder su credibilidad porque tiene más posibilidades de equivocarse. El jugador no es tonto y se da cuenta de si lo que le dice el míster funciona o no. Es muy importante también saber transmitir. Ahora por ejemplo tenemos a Natxo que no da mucha instrucción al jugador, pero que fundamenta lo que dice. Desde que entró fue flexible y nos dejó claro que si veíamos que el sistema no funcionaba estaba dispuesto a darle una vuelta, sin obcecarse en lo suyo. Y aunque la gente no lo vea, dentro de nuestro sistema hay mucha variante.

«Hay que respetar el escudo dentro y fuera del verde»

Edu Expósito es un obseso del deporte que practica: «Siempre he tenido la pelota en mi cabeza. Ver fútbol me ha gustado siempre, en la categoría que fuera».

-¿Y qué le parece lo que ha visto del Reus?

-He visto un Reus muy competitivo, al que es muy difícil hacerle gol. Siempre con los partidos muy cerrados, no dejan nada al azar, lo tienen todo muy estudiado, o esa es la sensación que da desde fuera.

-¿Espera un cambio en la actitud arbitral tras lo de Córdoba?

-No hace falta que nos regalen nada, ya nos lo ganaremos nosotros en el campo, pero que sean justos. Dejar de ganar un partido no te va a estropear toda la temporada, pero te hace bajar de posiciones y eso toca la confianza.

-Tuvo su trampolín en el Fabril, un filial que está en mal momento.

-Siento algo de pena porque el año pasado vivimos cosas muy bonitas, pero todavía es pronto. No se están encontrando los resultados adecuados, pero hay que seguir, creer en lo que se hace. El domingo cuando llegué con el autobús a Abegondo y vi tantos coches fuera me llevé una alegría enorme. La gente está con el Fabril aunque vaya mal y eso es muy necesario. No solo cuenta el primer equipo, todos tenemos que formarnos para llegar y es importantísimo el respaldo.

-El uso de las redes sociales ha generado mucha polémica.

-Uno no se puede equivocar en esas cosas. Somos lo suficientemente mayores para conocer las implicaciones de lo que hacemos. No podemos hacer el bobo en lo relacionado con nuestro club. Hay un código de uso de redes que me parece el adecuado, y también me parece lógico que el jugador que no lo cumpla reciba un castigo acorde. No podemos avergonzar al club. Hay que respetar el escudo dentro y fuera del verde. Ser profesionales.