Dani espanta los fantasmas

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

Se ha afianzado bajo los palos, dando seguridad a un equipo que cada partido crece desde la portería

04 oct 2018 . Actualizado a las 18:40 h.

Minuto 14 del partido entre el Nàstic y el Deportivo. David Rocha conecta un disparo desde la frontal del área. Dani Giménez está atento y se tira al suelo para mandar el balón a córner. El meta vigués vuelve a salvar a su equipo de ir por detrás en el marcador.

Y es que esa intervención que el año pasado sería casi una excepción, se ha convertido esta temporada en algo habitual. Las actuaciones de Dani jornada tras jornada han servido para espantar los fantasmas del pasado y asentar a un portero en la titularidad sin que haya nervios ni en los jugadores, ni mucho menos en la grada.

Después de un verano de dudas y apuestas sobre quién sería el hombre que se situara bajo los palos para comenzar la temporada en Albacete, el vigués ha disputado la totalidad de encuentros de Liga (7), ha encajado seis goles y ha logrado mantener la portería a cero en dos ocasiones. La mayoría de los tantos recibidos, imparables. Solo se le puede achacar uno, el recibido en Tenerife, en el que sí pifió.

Esta seguridad que está mostrando el cancerbero gallego esta traduciéndose en un equipo que partido a partido va creciendo de atrás hacia delante. Una realidad que él mismo asume, aunque evitando el convertirse en protagonista.

«El equipo se está mostrando muy sólido defensivamente y, a veces, aportar esa seguridad desde atrás ayuda a que se crezca. Ahora tenemos más balón y estamos mejor posicionados en ataque. Y eso viene del acierto defensivo, no solo mío, sino de todo el equipo», expresa el portero blanquiazul.

Una seguridad que Dani no solo exhibe en sus intervenciones con las manos, sino también con los pies. No duda en pedir el balón cuando sus compañeros son presionados. Y pocas veces lo sortea. Procura jugarlo con criterio, solventando incluso algún susto con recursos técnicos. Como el domingo, que tuvo que regatear a Uche, casi en la línea de gol. «No fue algo buscado. Fue un recurso (se ríe). Saltó la presión justo de Uche... Quería controlar por ese lado y, bueno, el regate fue un recurso más que otra cosa», expresa con buen humor.

Su campaña tiene, si cabe, mayor mérito después de haber estado casi inédito durante las últimas cinco temporadas, a la sombra de Adán, en el Betis. Pero eso no le ha restado ni un ápice de confianza en sí mismo. «Es cierto que ahora estoy jugando y me están saliendo las cosas bien. Pero yo siempre he creído en mí. Así que, anímicamente, estoy como casi siempre. Si un jugador no cree en sí mismo, malo. Hay que saber ser estable mentalmente, no tener picos de euforia y pesimismo. Posiblemente, eso me lo ha dado la experiencia y creo que se nota luego en los partidos», reconoce el veterano meta.

Precisamente, la confianza es lo que cree que está haciendo más grande al Deportivo. «Es el punto más importante de mejora que le veo al equipo. El otro día remontamos un partido que se nos puso complicado con el gol en contra. Pero el grupo demostró personalidad. Tuvimos posesión y toque de balón. Creamos mucho peligro en ataques posicionales. Supimos aprovechar a la gente de arriba... Son facetas que sin confianza nos hubiera costado más esgrimir», explica.

Y, al hablar de la delantera, quiso aprovechar para enfundarse el brazalete de capitán y mandar un mensaje público de reconocimiento a la labor de un compañero: Quique González. «Es verdad que está destacando por su faceta goleadora. Pero lo que nos aporta a nosotros es mucho más que goles. Yo, eso es lo que menos valoro, porque conociendo su calidad, sé que van a llegar en cualquier momento. Sin embargo, tanto él como Carlos, Fede o el propio Borja los minutos que jugó, están haciendo un trabajo encomiable que nos está aportando mucho», ensalzó el portero gallego.