El toque murió en Santo Domingo

TORRE DE MARATHÓN

SERGIO REYES

El Deportivo renunció al juego combinativo para entregarse a envíos en largo que no dieron ningún fruto

16 sep 2018 . Actualizado a las 16:37 h.

Perdido el encuentro, el Dépor salvó al menos el resultado. No cayeron cuatro, como en el 2011, pero tampoco hubo ocasión de hacer un solo gol. «El alcorconazo lo recordaremos toda la temporada y yo seré el primero en utilizarlo en el vestuario», manifestó entonces Oltra, escaldado por lo visto desde la grada. Ayer Natxo sí pudo sentarse en el banquillo a tomar nota del desaguisado. Entregada la copa bajo la premisa de centrar esfuerzos en la liga, no habrá ya distracciones que impidan diseccionar el naufragio. No fue el qué -primera derrota en la competición que importa- sino el cómo. Renunciando de inicio al control del juego, tratando de saltar líneas a pelotazos, sin rastro del juego combinativo. En el haber del equipo, el éxito al disimular la escasez de delanteros: solo en la pelea por balones llovidos fue posible saber si había o no puntas blanquiazules sobre el césped.

sin presencia ofensiva

Ni un chut hasta el descanso

Carlos Fernández perdió por incomparecencia el duelo con Juan Muñoz, su excompañero en el ataque del Sevilla Atlético. Mientras el 15 local exigía a Giménez y atraía marcas para liberar compañeros, el 18 visitante se iba al descanso con el único fruto de la amarilla provocada a Burgos. Fue en uno de esos saltos por bola al aire en los que se vio enfrascado. Los pocos que pudo ganar murieron en pies de nadie porque ni Pedro ni Fede llegaron a dar continuidad a una acción poco pulida por falta de uso. El primer disparo del Dépor fue de Caballo en el minuto 51. Hubo solo otros dos antes del final del partido.

estrategia inocua

Sin opciones de remate

El despropósito fue especialmente doloroso en las jugadas a balón parado. Solo sirvieron para que Krohn-Dehli se ganara la segunda amarilla tratando de frenar una contra alfarera. Nadie puso un envío en condiciones de remate. Pedro fue el elegido para iniciar las acciones de estrategia mientras estuvo en el campo y hubo muestras de descoordinación en varias de ellas. Perdió así el Deportivo la única alternativa para generar peligro ante la falta de ideas con el cuero en movimiento.

mejoría con los cambios

Gil aportó algo de luz

Dilapidado el primer tiempo, como en Tenerife, la reacción desde el banquillo fue tibia. Solo Carles Gil sumó sus buenas intenciones a las de Vicente, y no alcanzó frente a un adversario ordenado en su campo esperando la contra. La impotencia cristalizó en la expulsión de Krohn-Dehli. Al menos fue una y no dos, como hace siete años. Miniatura del alcorconazo para enseñar varias veces durante el curso.