Las obras de Riazor traen cola

Pedro José Barreiros Pereira
P. Barreiros A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

Jorge García

El Deportivo comenzó a entregar las entradas para los partidos contra el Sporting y el Granada a los 8.500 abonados que tendrá que recolocar en otras gradas por los retrasos en las cubiertas

05 sep 2018 . Actualizado a las 21:51 h.

La hinchada deportivista se mueve. Nada menos que 2.312 socios con asiento en los fondos del estadio respondieron ayer a la llamada del club y acudieron al Palacio de los Deportes de Riazor para llevarse sus entradas de los dos próximos partidos en otras gradas. Hasta 8.564 abonados, el 40 % de la masa social del club, no podrán acceder a su localidad habitual por culpa de los retrasos en las obras de Riazor, que siguen en curso más de tres meses después. Por momentos, las colas se extendieron a lo largo de unos cien metros, la distancia entre las taquillas y el cruce hacia la plaza de Portugal, y muchos tuvieron que enfrentarse a esperas que rondaron los 45 minutos, pero la mayoría afrontó las evidentes molestias con estoicismo.

La tardanza en la reforma de las techumbre del estadio obligará a cambiar de localidad a 8.564 socios de Marathón (superior e inferior) y Pabellón (superior, inferior y curva). Las localidades afectadas por los cambios se pueden consultar en esta página web: www.rcdeportivo.es/reubicacion. La insólita medida ha provocado que el club haya hecho un llamamiento a los perjudicados para que acudan a retirar entradas en las gradas de Tribuna y Preferencia. La reubicación afectará a los dos primeros partidos del Deportivo en casa contra el Sporting (este domingo, 20.45 horas, televisado por Partidazo) y el Granada (el próximo lunes día 24), en los que no se abrirán las taquillas para el público en general.

Ayer, cuatro de las seis bocas del Palacio de los Deportes atendían simultáneamente a los socios. «Se deberían poder coger online -se quejaba uno-; igual que se puede comprar por Internet una entrada para un partido, también se podría canjear un asiento de esta forma, que yo estoy perdiendo de ir a trabajar». Y otro lamentaba: «Quitamos los abonos por Internet y, al final, tienes que venir a hacer colas igual. Además, las taquillas deberían estar abiertas todo el día, el problema es suyo, no de la afición».

Había gente que tuvo que desplazarse para resolver su reubicación. «A mí el tema me cogió en Miño, pero no me importa. Esto es un bien para el socio y el club. Las molestias son bienvenidas, porque el estadio va a quedar precioso», comentaba uno. Y otro reconocía que la situación supone un incordio, pero que tanta gente haya respondido «también habla de la magnitud de la afición, que se pase aquí la mitad de la tarde es un orgullo», dijo.

Desde Gijón se miraba con preocupación hacia A Coruña. El presidente de la Unión de Peñas Sportinguistas, Víctor Blimea, conoce dos agrupaciones que iban a viajar con una treintena de peñistas que venían a pasar el fin de semana a la ciudad, pero que ya están en negociaciones con la agencia de viajes para recuperar el dinero. Desde la Federación de Peñas, Jorge Guerrero afirmaba tener pagadas 300 entradas a través de un convenio con Aficiones Unidas y que era optimista de poder ir.