Natxo cambia de estrategia

TORRE DE MARATHÓN

LOF

El Dépor empleó una defensa mixta en los saques de esquina del Extremadura, se atrincheró frente a faltas frontales y exhibió un repertorio variado en ataque

28 ago 2018 . Actualizado a las 22:35 h.

Simón en el primer palo y, en la frontal del área pequeña, Quique González y Carles Gil. Son los rescoldos del viejo plan. Los únicos que resisten de la montonera con la que acostumbraba a enfrentarse Natxo a los ataques a balón parado sobre la portería de su equipo. El entrenador blanquiazul le ha dado una vuelta a la estrategia defensiva con resultados inmediatos.

El Extremadura había rascado su primer punto en Segunda en el único saque de esquina que botó en el Tartiere tras soportar el acoso del Oviedo durante el resto del encuentro. «Ascendimos gracias a la estrategia ofensiva», recordaba Juan Sabas días antes de medirse al Dépor. «Tenemos muy buenos lanzadores y envergadura para el remate», presumía el técnico, apuntando a la gran baza de su equipo para buscar el gol. Traducido en nombres: Kike Márquez al lanzamiento, y al remate futbolistas de la talla de Enric Gallego, Rennella, Pardo, Álex Barrera o Djalo. Todos, en torno al metro noventa. Diez intentos desde el córner y un solo cabezazo limpio: ya con Capel sacando, Barrera consiguió llegar sin estorbo al balón.

El asturiano había sido el autor del gol del empate de la primera jornada, pero el pasado viernes desperdició su ocasión, que murió como todas las demás acciones a balón parado de las que dispuso el conjunto local. No encontraron los extremeños el modo de superar la defensa mixta ordenada por Natxo González. En el último tramo del encuentro, Pablo Marí suplió a Gil en la marca zonal junto a Simón y Quique, el resto de jugadores blanquiazules se repartieron hombre a hombre al rival. Con ese sistema, el 7 de los coruñeses fue quien más envíos repelió, casi siempre a la altura del primer palo.

La antigua fórmula aún pervive, sin embargo, como respuesta a acciones puntuales que incluyen faltas lejanas en la frontal o en diagonal al área. Para defenderlas volvió el primitivo acantonamiento con sus pequeños defectos, como la reacción tardía a los rechaces o la validación del lugar que ocupan los adversarios más próximos al portero, que de otro modo quedarían fuera de juego. En esos casos se abre una pelea por el balón dividido: los coruñeses de cara al lanzador, los rivales enfilados hacia meta. Así acabó el encuentro del Francisco de la Hera. Ejecutaba Álex Díez, con Valle como barrera individual, pendiente además de Capel. Pelota al área y Renella que gana el duelo por alcanzarla pero remata mal.

Poco antes, el Extremadura había gozado de una ocasión similar, pero entonces la defensa había llegado primero al cuero, que quedó muerto en la frontal. Allí, Chuli fue quien estuvo más rápido que Gil, sin precisar su disparo. Dos oportunidades en las que el Dépor se sostuvo por error rival.

Ejecución imaginativa

En la estrategia ofensiva, los de Natxo demostraron originalidad. Especialmente en las faltas frontales. En la primera, hubo un envío largo de Caballo a David Simón, que llegó a la línea de fondo y centró atrás; en la segunda, un centro picado al área de Carles Gil con pantalla de Mosquera, remate de Quique y rechace de Enric Gallego. En los saques de esquina, el habitual agrupamiento en torno al punto de penalti. Ahí aún hay margen para crear.