Las pinceladas iniciales de Natxo

TORRE DE MARATHÓN

ALINA ESPIÑO

Laterales largos, tres medios y defensa cerrada, en el primer ensayo informal del Dépor

15 jul 2018 . Actualizado a las 22:45 h.

El Deportivo culminó ayer la semana de arranque de pretemporada con un partido de entrenamiento en el que Natxo González esbozó las primerísimas líneas maestras de su proyecto. Más allá de los nombres concretos, llamaron la atención la presencia de laterales profundos, tres mediocentros, un mediapunta y dos delanteros como referencia, que se convierten en las iniciales señas de identidad de un equipo en plena construcción y al que le falta muchísima tarea y ensayos por delante. El primer amistoso marcado en el calendario no llegará hasta el próximo sábado, cuando se enfrentará al Fabril en Abegondo.

Este prematuro Dépor de Natxo González no se esforzó por la elaboración. No tocaba el central para devolvérsela al otro central y este al mediocentro antes de regresar al central. No. El juego voló por las bandas, casi en exclusiva desde los laterales, y apenas se masticó en el centro del campo. Si la instrucción persiste, y a medida que el trabajo mejore la condición física de los deportivistas, su fútbol puede volverse vertiginoso. Bóveda, Dubarbier, Valentín, Saúl, Caballo, Blas y hasta Mujaid recorrieron la línea de cal sin miedo y en busca de dar la máxima profundidad al juego.

No obstante, el rigor táctico siempre primó ayer sobre el riesgo. Primero, ordenados y sin fisuras, pareció la instrucción principal de un juego marcado por el común denominador de la posesión sin excesivos riesgos. Las defensas se mostraron herméticas y, a lo largo de dos períodos de unos veinte minutos cada uno, apenas permitieron un par de disparos de Santos y Cartabia, además de una clara ocasión de Bicho no culminada en remate. En este sentido, los deportivistas salieron del vestuario con la lección aprendida, pues si algo quedó claro fue que González no destaca por un temperamento explosivo, ni puntilloso, ni vehemente sobre el campo. Nunca interrumpió el juego y apenas se le oyó dar instrucciones.

En cuanto al dibujo, Natxo González dispuso a su once más reconocible en un 1-4-3-1-2 (o un 4-4-2 en rombo) similar al que el técnico aplicó durante su etapa en el Zaragoza y que en Riazor no resulta extraño, pues Seedorf también lo patentó la pasada temporada: Dani Giménez en la portería; los defensas Bóveda, Mujaid, Marí y Dubarbier; en el mediocentro Bergantiños (solo él por delante de la defensa), Expósito y Mosquera (más dinámicos a sus costados); desde la mediapunta Carles Gil; mientras Pedro (este con más libertad para caer a banda) y Christian Santos porfiaban en ataque. En el segundo período lo modificó en algunos nombres, pero la disposición resultó similar: Giménez; Valentín, Bóveda, Marí, Saúl; Bergantiños, Mosquera (ahora este más posicional), Bicho; Cartabia; Santos y Pedro. Cabe destacar que Guilherme, Valle y Rolan no participaron en la práctica por distintas molestias, así como el fabrilista Carlos López. Mientras otros del filial como Uxío, Caballo, Blas y Gaizka participaron