La urgencia vuelve a ser el balón

TORRE DE MARATHÓN

Tino Fernández renueva su presidencia al frente del Deportivo
Tino Fernández renueva su presidencia al frente del Deportivo La Voz

Con el club ordenado en lo económico, Tino Fernández debe corregir el fiasco del rendimiento del equipo

14 jul 2018 . Actualizado a las 16:02 h.

El dolor de cabeza del segundo mandato de Tino Fernández (A Coruña, 1966) estará en el balón. Y es bueno que sea así, si no fuera porque el Deportivo vuelve a jugar en Segunda. El cerebro de Altia regresa en cierto modo a la casilla de salida, al punto donde se encontró al equipo en enero del 2014. Con un matiz. Entonces, acaparó el foco de su gestión la lucha contra una ruina económica que se extendía por todas las áreas. 162 millones de deuda cuyo pago tuvo primero que negociar desde una posición difícil, dada la pérdida de credibilidad del club en la etapa de Lendoiro, y luego ir pagando al tiempo que intentaba armar equipos competitivos. Hoy, tras el crédito con Abanca que permitió saldar la deuda privilegiada con Hacienda, los plazos ya no ahogan para pagar los 87 millones de aquel gigantesco agujero. Pero debería haber encontrado un modelo deportivo que aún busca.

«Estamos corrigiendo nuestras debilidades y los errores detectados para ser más fuertes», reconoció el propio Tino Fernández en la presentación de su segundo proyecto, cuando se obligó a centrar sus esfuerzos en la parte deportiva.

Ni en el consejo, ni en el césped, ni en el banquillo ni en los despachos encontró por ahora el camino para que la pelota entre. Lo primero en fallar fue la estabilidad de los entrenadores. Recién llegado Natxo González, está por ver si encuentra la calma que no se ganaron o el margen de confianza que no tuvieron Fernando Vázquez, Víctor Fernández, Víctor Sánchez del Amo, Gaizka Garitano, Pepe Mel, Cristóbal Parralo y Clarence Seedorf.

Un perfil indescifrable en el banquillo

La elección del entrenador, con perfiles entre los que cuesta encontrar un mínimo hilo conductor, y la confección de la plantilla fueron los lastres que terminaron con el equipo en Segunda. Consecuencias de los errores en los despachos. En el vestuario, nunca terminó de formarse un grupo unido. Lo demuestran pequeños y grandes conflictos entre los jugadores o de los futbolistas con los entrenadores. Ahora hace falta un líder. Sobran profesionales de paso. Porque el consejo hasta equivocó el disparo al terminar reuniendo futbolistas aparentes pero poco competitivos. Esa paradoja se hizo patente en el último Mundial, con cinco deportivistas convocados mientras el club enfilaba la Segunda.

El terremoto de enero

La responsabilidad hace doce meses era compartida con el consejero del área deportiva, Fernando Vidal, y el director deportivo, Richard Barral. Pero uno dimitió en octubre y otro perdió la confianza de Tino Fernández en enero, en pleno mercado de fichajes. Así que, tras esa especie de terremoto, ahora será el presidente el directísimo responsable de que la pelota entre. Si ya lo era antes, ahora lo será aún más. De ese maratón de casi 50 reuniones, el director deportivo elegido fue Carmelo del Pozo. Se juega en Riazor la oportunidad de su vida. Un tipo curtido en el fútbol desde distintos campos, con ideas claras, y cuyo rendimiento también está por ver.

El error de los abonos

Recobrar un sitio en Primera y devolver la ilusión a una afición desencantada es el principal reto de Tino Fernández. En la grada aflora no exactamente una división en el deportivismo, pero sí un desencanto que debe atajar cuanto antes. Y la campaña de ínfima rebaja de precios para los abonos no contribuyó a serenar el entorno. Otros aspectos, los tiene encarrilados el consejo: el fútbol base y la cantera, la reconstrucción del Fabril con un modelo que le granjeó duras críticas hasta que llegaron los éxitos y hasta la remodelación del estadio ?pública y también privada?.

Y ahora que la causa contra Lendoiro por supuestos delitos societarios enfila el final de la instrucción, Tino Fernández también tiene que demostrar qué intereses defiende en este proceso. Si la defensa del Deportivo, que se personó en el caso para llegar hasta el final sin componendas, o si de pronto mira hacia otro lado contemporizando con «el gestor» que hundió el club.