Bergantiños, el antihéroe del Dépor

TORRE DE MARATHÓN

Nuria Cancela

«No creo en los líderes», avisa el coruñés, hincha antes que jugador, y capitán del nuevo proyecto

11 jul 2018 . Actualizado a las 17:34 h.

El capitán ya está de vuelta. Álex Bergantiños volvió a posar ayer con su camiseta blanquiazul del dorsal cuatro y, como si su último año de préstamo en Gijón nunca hubiera transcurrido, todo volvió a encajar. «Me veo sumando -comentó en su regreso a Abegondo-, no creo en los líderes, el fútbol tiene que ser colectivo. Hay que hacer una plantilla de veintitantos y gente del filial en la que estén todos implicados y primando el colectivo por encima de todo». En una comparecencia muy alejada de la típica declaración de bienvenida de pretemporada, el mediocentro reconoció que hubo errores que no se gestionaron bien, pero evitó pasar página de una última campaña que él sufrió desde Gijón y que aún hace daño a un profesional como él, antes aficionado que jugador.

«Lo fundamental es que el Dépor vuelva a ser un equipo del que se habla por su afición, por su campo, por su historia y por lo que hace cada fin de semana, pero los últimos años por desgracia se ha sido noticia por otras cosas y es lo que hay que cambiar», afirmó. El centrocampista, de 33 años, puso el dedo en la llaga y, cuestionado por cuáles fueron los errores para no volver a cometerlos, insistió: «Hubo cosas que salieron (en prensa), otras que no, y hay que cambiar esa mentalidad de no pensar primero en el colectivo. Todos los jugadores queremos jugar, pero hay que mantener un clima y unas bases del respeto por el trabajo. Había que cortar algunas actitudes y es lo que pecamos todos, yo me incluyo».

Bergantiños no quiso abundar en esos fallos, a los que señaló como «cosas que no se gestionaron bien, que se van sembrando y que acaban desembocando en un descenso» como el que el Deportivo sufrió al final de la última temporada.

Cultura de esfuerzo

Desde su función ahora con el brazalete en el brazo se mostró decidido a arreglar la situación generada y pronunció por primera vez en Abegondo tres palabras que se van a repetir mucho: cultura de esfuerzo. «Tenemos que integrar a todo el mundo y generar otra vez una cultura de esfuerzo colectivo que creo que es lo que hizo que en los últimos años quizá plantillas con potencial superior no consiguieran llegar al rendimiento que tenían. Visto desde fuera, se percibe un poco de desconexión en ese aspecto, la gente necesita que el equipo dé esa sensación colectiva», añadió.

En ese afán por formar un equipo antes que gestar un ascenso, puso como el descenso del 2011. «Tengo como un recuerdo positivo cuando se bajó por primera vez en estos años. Creo que ahí se reforzó el sentimiento entre club y afición, y como deportivista y coruñés me gustaría tender un poco hacia eso, hacia ese sentimiento que reactivó a todo el mundo y unió a la afición y al equipo. Tenemos que buscar eso en un año complicado, en una Segunda totalmente diferente a la de esa época. La gente lo va a entender y va a estar con el equipo, si el equipo logra hacer ese trabajo colectivo y estar lo más cercano posible a su potencial», dijo.

Así, el jugador, al que le queda contrato por la temporada que va a comenzar y la posibilidad de prorrogarlo posteriormente, auguró «un año complicado», porque la categoría de plata es «la más igualada del mundo». «Es preciosa de ver desde fuera, pero desde dentro se sufre mucho. Hay que ser razonables. El objetivo tiene que ser estar arriba, peleando el ascenso, pero sabiendo que va a haber muchas ciudades y equipos en nuestra misma situación», comentó.