
Regresa al Fabril con el reto de equilibrar un proyecto en el que habrá gente madura y talentos jóvenes
24 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Rogelio Ramallo Peña (A Coruña, 1970), Tito, necesita pocas presentaciones para el deportivismo. A sus 48 años, regresa a su casa, «al equipo de mi vida», para liderar la transformación hacia un Fabril más juvenil, en el que «será vital lograr el equilibrio entre los jóvenes y los jugadores expertos» para conseguir «un filial que compita sin dejar de lado el carácter formativo». Regresa al banquillo del segundo equipo, ahora que se siente «mejor entrenador».
- ¿En qué ha cambiado Tito?
- En muchas cosas y a todos los niveles. Tengo más experiencia, como entrenador y he evolucionado muchísimo. Me miro en el espejo de años atrás y estoy convencido de que cambiaría muchas cosas de las que hice en cuanto a manera de trabajar y de entrenar. Y eso espero que se vea, que soy otro Tito, mejor del que se fue.
- ¿A qué aspirará su Fabril?
- Yo lo que he hablado con el club es que el filial tiene que mantener el equilibrio entre competir y formar. Entre tener la capacidad de ser un equipo que juega a ganar y a conseguir cosas, esté en la categoría que esté, y potenciar a los futbolistas que realmente creemos que pueden llegar al primer equipo o al fútbol profesional, que no son todos en un filial. Por ahí será nuestra línea. Antes de saber que iba a venir, escuchando la rueda de prensa de Carmelo del Pozo cuando llegó, ya vi que manifestó esa idea de filial. Somos coincidentes y ahí vamos. Quiero un Fabril que compita, aunque sin una exigencia desmesurada, pero que a la vez se le vaya dando poco a poco la opción a los jugadores que tienen potencial.
- ¿Descarta entonces pelear por el «play off» a Segunda?
- No, no, no descartamos nada. El Fabril puede lograrlo, pero lo que no debe de hacer es marcarse un objetivo competitivo por encima de lo demás. Yo estuve 11 temporadas en el filial y en todas tuvimos un objetivo competitivo. Pero no era el motor principal del proceso. Era una consecuencia. Cuando tuvimos equipos maduros y preparados ganamos mucho más, ganamos títulos y luchamos incluso por el ascenso a Segunda A; y cuando eran más inexpertos peleamos por no descender y le dimos tiempo a esa generación.
- En la 17/18 hubo en el Fabril 8 jugadores mayores de 23 años. ¿Veremos en la 18/19 algo así?
- Yo no soy el que está planificando la plantilla, la dirección deportiva se está encargando, pero tengo mis dudas de que haya un número tan alto. Estoy convencido de que ese número no se va a alcanzar, pero también creo que se necesitan jugadores maduros y experimentados para que ayuden a los más jóvenes.
- En su último año en Tercera con el Fabril hubo hasta 6 juveniles. Muchos titulares indiscutibles. Hablamos de Insua, Lemos, Luis, Uxío, Queijeiro y Beceiro.
- Lo que hay que hacer es detectar bien a los futbolistas que son susceptibles de llegar y sobre su apuesta es por donde se tiene que mover el club. No soy sospechoso de poner a un jugador joven, sea la edad que sea. El ejemplo es Pablo Insua, que con 16 años era titular en Segunda B. El equilibrio entre las dos líneas es la que tiene que primar y conseguirlo será clave. No tengo la configuración definitiva, pero por lo que me han comentado voy a tener 5 juveniles para trabajar con el bloque. Y a partir de ahí, si alguno hace méritos, sabe que con Tito no van a estar en inferioridad con los demás.
- Carmelo quiere una plantilla corta en el primer equipo para tirar del Fabril. Esta situación le generará bajas. ¿Sería importante para paliarlas poder tener un equipo en Tercera del que subir jugadores?
- Si se da la primera parte del silogismo, yo estaré encantadísimo de que el Fabril cumpla su verdadera función, estar de apoyo del primer equipo. Ojalá pase y, si sucede, el Fabril también tiene que tener donde echar mano. Esa posibilidad de tener un equipo en Tercera sería muy importante y, por lo que me han dicho, están trabajando en ello. Ya el año pasado había un convenio y jugadores cedidos en el Laracha y, por lo que me dicen, se quiere estrechar esa relación. Veremos... Los tiros pueden ir por ahí.
«Que te llame el Dépor, tu casa, el club de tu vida... No podía decirles que no»
Tito reconoce que le costó poco ponerse de acuerdo con el Dépor.
- Vuelve a casa.
- Sí, por supuesto. Cuando pasas en tu club más de la mitad de tu vida, te vas en un determinado momento y regresas, pues claro que vuelves a tu casa. No lo dudo.
- ¿Qué le ha llevado a aceptar el reto de volver?
- Lo primero, que me hace un ofrecimiento. Ese es el primer paso que dio el club. Y luego, que veo que puedo aportar cosas. Vemos que hay una serie de elementos y de visones que confluyen y todo eso hace que lleguemos al acuerdo de volver después de seis años.
- ¿Cuánto tiempo tardaron en ponerse de cuerdo el Dépor y usted?
- No mucho, lo reconozco... La llamada fue del Dépor y a partir de ahí ya voy con desventaja porque es difícil decirles que no. No puedo ocultarlo. Que te llame el Dépor, el club de tu vida, tu casa y en este momento... Sería raro que lo hubiera rechazado.
- Han cambiado cosas. Empezando por el banquillo.
- Eso lo hablaré, porque a mí me gusta tener el banquillo a la izquierda, donde no tenga que tropezarme con los árbitros auxiliares. Así que trataré de que eso vuelve a estar donde antes. No es una cuestión de superstición ni nada. No me genera ninguna ventaja estar al lado del juez de línea y no es la primera vez en Abegondo que tengo problemas por tenerlos cerca. Lejos, mejor.
- ¿Prefiere jugar en un grupo con madrileños o del norte?
- El madrileño tiene un nivel competitivo muy alto y los del norte quizás sean más rudos. Si tienes un buen equipo, creo que es mejor jugar contra los de la capital porque es también más atractivo para el espectador. Si tienes un equipo más justito, mejor con los del norte. La gente que está configurando la plantilla del Fabril está haciendo un equipo bonito para competir y no me molestaría ninguna opción.