Goles del noroeste, sociedad ilimitada

TORRE DE MARATHÓN

Javier Zorrilla

Adrián y Valle volvieron a mezclar con Lucas en un frente de ataque imprescindible para soñar con el milagro

15 abr 2018 . Actualizado a las 22:29 h.

Hay delanteros que solo precisan de un balón y una portería. Aduriz, por ejemplo. Entra al área, espera la pelota y la envía a la red. Un pinchazo, nada más. Para otros, el gol exige sin embargo montar una sociedad. Como la que construyeron en A Coruña Lucas y Luis Alberto, disuelta en cuanto sus miembros obtuvieron crédito para abrir sucursales en Italia e Inglaterra, con fortuna dispar. Al andaluz le ha ido bien, aunque le llevó un año entero hacerse con un mercado tan exigente como el del Calcio, con sus zagas enrocadas y su juego directo. En Roma dio con Immobile y juntos tienen a la Lazio peleando por plaza Champions. Al coruñés le fue igual de mal al principio, y todavía peor después. Abrió y cerró en Londres para tratar de rehacerse en casa, pero el mercado era ya otro, la competencia había crecido y le costó encontrar a quien arrimarse para remontar.

Ha acabado, como en tantas otras aventuras empresariales, renegando de lo exótico y confiando en el producto de la región. Un rato en lo que ofrece Adrián y otro en lo que da Borja Valle. Técnica de Teverga y potencia berciana al servicio de la astucia de un coruñés. Ese triángulo dibujado alrededor de A Fonsagrada (kilómetro arriba o abajo) encierra las opciones de milagro blanquiazul.

Desde hace una semana funcionan con regularidad las conexiones que facilitan la A-8 y la A-6. El viernes pasado, Lucas terminó de penalti con la sequía y desató el maná. Una delantera incapaz de hacer gol en nueve partidos lleva seis en tres horas; cuatro, por medio de Adrián. El portador del brazalete, recuperado por Seedorf como Albentosa o Mosquera, le hizo los dos últimos a Las Palmas y los dos primeros en San Mamés. Lleva ya más tantos en el Dépor que en las tres temporadas que sucedieron a su salida de El Calderón. Hacia el Atlético salió después de un curso de doce dianas en Riazor. En el actual suma nueve y la permanencia coruñesa bien podría pasar por que mejore aquel registro anotador. Desde que el míster aligeró el frente de ataque y lo dejó en cosa de dos, el rendimiento se ha disparado porque Lucas se entiende con Adrián.

Es posible que la lesión del asturiano le impida ampliar la racha el próximo martes frente al Sevilla, pero aquí entra en juego Borja Valle, que ya logró rebajar el peso de la falta del 15 tras el descanso en San Mamés. También con él funciona la mezcla. Ocupa los espacios que abandona el 7 de los de Seedorf y, como ocurrió ayer, sabe dónde le hará llegar el balón. Buscaba gol el Deportivo y puede haberlo encontrado a tiempo. Seis puntos de golpe en dos partidos con doblete rival. Obra de tres chavales del noroeste que han montado una sociedad.