CESAR QUIAN

El exfutbolista del Deportivo arengó ayer a la afición blanquiazul para que en estos últimos partidos apueste por animar más al equipo y evitar los pitos

13 abr 2018 . Actualizado a las 16:58 h.

Una calle con su nombre, cerca del estadio municipal de Riazor, provocó el regreso de Mauro a A Coruña. El 6 blanquiazul llegó, se reunió con ilustres como Arsenio Iglesias, compartió desayuno con Clarence Seedorf, inauguró su nueva rúa e incluso tuvo tiempo de adoctrinar al deportivismo de cara a las semanas que quedan.

Al exfutbolista brasileño le preocupa la situación del equipo, del club y la falta de comunión entre afición y equipo y así lo hace ver. «El equipo es el que hay y el entrenador también. Eso no se puede cambiar ahora. Por eso tenemos que animar al equipo. Ir a celebrar a Cuatro Caminos es fácil, pero ahora es cuando hay que arrimar el hombro. Ya habrá tiempo de pitar. No es el momento», asegura con esperanza el ahora vicepresidente de la Federación Paulista de Fútbol.

Le preocupa la situación y asume que el descenso puede llegar. Pero incluso en ese momento, entiende que hay que estar ahí todos unidos y ser fuertes para resurgir.

«Estoy bastante preocupado por la situación. Por eso, le pido a la afición que apoye al equipo más que nunca. Hay que estar juntos. Hay que ser realistas y ver la situación en la que nos encontramos. Esperemos que logremos la salvación, pero si esto no sucede y hay que ir a Segunda pues habrá que sacar conclusiones y tratar de reconstruir todo desde abajo. Para luego regresar más fuertes. Cuando yo llegué, el Deportivo venía de estar diecinueve años en Segunda y luego llegó todo lo que llegó: seis títulos, cinco participaciones consecutivas en Champions, con semifinales... De lo difícil hay que aprender», reflexiona el ídolo blanquiazul.

Pero durante toda su intervención, Mauro no pudo sino insistir en la importancia del apoyo de la hinchada. «Hay que transmitir confianza a los jugadores. Cuando estás abajo no es fácil. Ellos están nerviosos y si, por encima, llegan y al primer balón les pitan, pues es peor todavía. Por más difícil que esté la situación hay que apoyar y animar para salir», subraya.

Entiende el enfado de los incondicionales e invita a mostrarlo, pero cuando todo acabe: «Está claro que no hemos estado acertados a la hora de elegir. Tanto cambio de entrenador no es bueno. Cuando en cualquier empresa tienes un proyecto a medio o largo plazo y eliges un presidente o un CEO, no lo cambias a las pocas semanas. Tanto cambio es significativo. Demuestra que no hemos acertado, pero ahora ya está y lo que hay que hacer es apoyar. Reconocer nuestros errores también es sinónimo de grandeza. Pero todo a su tiempo. Lo deportivo ya está ahí y es difícil cambiarlo porque se han tomado decisiones… Tenemos una plantilla y entrenador. Ahora no se puede cambiar, Lo que hay que hacer es apoyar al equipo. Hay que sacar conclusiones y criticar lo que sea al final. En estos momentos no ayuda. Ir al campo a pitar al equipo no ayuda. Si el equipo desciende, pues entonces ya se le dará una gran pitada. Pero no ahora. En los momentos difíciles es cuando se conoce a las personas. Ir a Cuatro Caminos a celebrar es fácil, pero a ver quién está dispuesto ahora», sentencia el exfutbolista, ahora centrado en los negocios y en la administración deportiva.