Las bajas de Guilherme y Muntari coinciden con la recuperación del centrocampista uruguayo, extramotivado por la confianza de Seedorf y la proximidad del Mundial
12 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.«Valverde estaba muy bien. Es una gran pena haberlo perdido». Un cuarto de hora le duró el uruguayo a Seedorf. El técnico holandés había confiado en el joven futbolista cedido por el Real Madrid para formar el doble pivote que opuso al Betis en su estreno como entrenador del Dépor. La idea duró lo que el Pajarito tardó en sufrir una lesión de grado 2 en el bíceps femoral de su pierna izquierda que lo mantuvo de baja hasta la semana pasada, cuando pudo entrar en la convocatoria para recibir al Málaga, aunque no llegó a saltar al césped.
Ahora, un percance similar al suyo podría devolverle al once para disputar un duelo en San Mamés al que el conjunto blanquiazul llega seriamente mermado en su sector más poblado. De los seis centrocampistas que engrosan el plantel del primer equipo, dos son baja segura para Bilbao. Guilherme está sancionado tras cumplir ciclo de tarjetas y Muntari tiene un problema en su rodilla (de la misma gravedad y en parecida zona a la que tuvo afectada Valverde) que le impedirá disputar al menos los próximos tres encuentros de Liga.
Borges y Mosquera son fijos. El coruñés está rindiendo muy bien y el tico aportará centímetros y colocación frente a un rival especialmente peligroso en el juego aéreo. Çolak también ha sabido hacerse necesario en la punta del rombo. Queda una plaza y dos postores. Valverde y Krohn - Dehli. La pareja que construyó el doble pivote en el debut del actual técnico blanquiazul.
El danés estuvo ensayando ayer con el grupo de titulares, pero ni siquiera entró en la convocatoria para la cita con el colista y tampoco ha demostrado nada en las oportunidades de las que ha dispuesto. El uruguayo sí dejó buenas sensaciones en el breve tiempo que dispuso ante el Betis, en su undécima titularidad del curso en Liga. Al Deportivo le falta un recuperador y por ese puesto han pasado varios candidatos sin que ninguno haya dado la talla. Cuando le tocó al Pajarito, sin embargo, sí mostró al menos capacidad para abarcar campo, rigor táctico y buen desplazamiento de pelota.
Muy descontento con lo aportado hasta la fecha, las bajas en la medular ofrecen ahora a Valverde la oportunidad de empezar a redimirse en la Catedral con el Mundial a la vista y la permanencia pendiente de un milagro.