El delantero rumano se ha convertido en la última alternativa de Seedorf durante el plan del partido
10 abr 2018 . Actualizado a las 17:18 h.Entró por Adrián pasado el minuto 80 en el Metropolitano. A falta de dos minutos le dio el relevo a Emre Çolak ante el Málaga tras pasarse buena parte de la segunda mitad calentando en la banda. Dos meses antes Clarence Seedorf que quería «once Andones», en un elogio directo a la actitud y entrega del punta.
Cambio total de la situación de un delantero cuya salida este verano hacia Inglaterra fue una opción sobre la mesa. El máximo activo en propiedad del club ha pasado de indiscutible a cuarta opción (y última) en el abanico de opciones ofensivas del cuadro herculino. El porqué es una incógnita. Su perdida de protagonismo, una certeza.
La constancia, trabajo, implicación y perseverancia de Borja Valle (que parecía más fuera que dentro del equipo en verano) han convencido a Seedorf que tiene por bandera la filosofía de: «el trabajo siempre paga», una constante en sus ruedas de prensa en las duras y en las maduras.
La pregunta surgía ayer en la mesa de debate de Torre de Marathón. ¿Es una cuestión de falta de encaje en el sistema de dos delanteros? ¿Se entienden mejor y son más letales Lucas y Adrián? ¿Es un problema de actitud?
En cualquier caso el delantero, que ha vivido una temporada de altibajos, de pólvora mojada, goles reivindicativos y titulares controvertidos, siempre ha contado con el favor de la grada. La ovación más grande de la noche de la victoria ante los malaguistas se la llevó él nada más saltar a calentar. Fueron los únicos aplausos que saborearía. Dos minutos son poco tiempo. Difícil que sean más mientras Valle siga aprovechando al máximo sus oportunidades y convenciendo a Seedorf.
