Un rival no tan diferente al equipo de Seedorf

TORRE DE MARATHÓN

Daniel Pérez | efe

El equipo de José González viene de sumar su primera victoria tras once jornadas

06 abr 2018 . Actualizado a las 18:21 h.

Al final del verano La Rosaleda había saludado con satisfacción el nuevo proyecto. Míchel, un entrenador con carisma y buen gusto, dirigía a nuevos jugadores con experiencia, talento y hambre. Pero ni técnico ni plantilla resultaron como se prometían. No se tardaron en desnudar las limitaciones de un equipo que no se ha pasado 17 jornadas como colista por casualidad. Al banquillo llegó José González, pero su impulso no se ha revelado suficiente.

Dos partidos seguidos con la portería a cero

El Málaga parece haber arrancado tarde. Acaba de sumar cuatro puntos contra el Celta y el Villarreal, pero ni así ha levantado el vuelo desde el farolillo rojo después de una racha de jornadas sin ganar.

Preferencia por el juego directo y un irrenunciable 4-4-2

El entrenador gaditano se inclina por un estilo más conservador y defensivo, que asegure primero la portería propia. A partir de ahí, el rival deportivista busca con un fútbol directo y sin brillo la portería contraria. La principal característica de su sistema es la apuesta por dos delanteros centro natos (Rolan y En-Nesyri en los últimos partidos) y dos mediocentros defensivos (Lacen e Iturra, ambos refuerzos de invierno) en el centro del campo.

Primera victoria de la era José González tras once jornadas

La etapa de González está marcada por el partido con que debutó, un 1-1 en Ipurúa jalonado de buenas ocasiones que el Málaga falló. Como no sentenció, el empate del Eibar en el tramo final del partido le golpeó duramente.

Pésimo rendimiento fuera, donde solo marcó seis goles

El poquísimo rendimiento obtenido en esta Liga por el equipo andaluz llegó casi exclusivamente en su estadio. El último gol que marcó a domicilio data del pasado mes de febrero, en San Mamés, donde se había adelantado en el marcador. Tampoco se trata de un equipo fuerte a balón parado, por la falta de buenos lanzadores, ni al contragolpe, pues a sus atacantes les cuesta elegir la mejor posibilidad.