Ha sido una visita de cortesía al Camp Nou, de trámite, de circunstancias. El Barcelona se lo ha planteado como un trámite y al final resultó ser así, se vio incluso antes del primer gol. No obstante, creo que ha sido un partido digno hasta el minuto 25 aunque tampoco sin calificativos superiores. No es que luego fuese indigno, simplemente el Barcelona hizo de Barcelona y en esos casos el Dépor pudo parecer indolente. Si hubiera estado Zubizarreta en la portería nadie se habría dado cuenta. El rival ha asfixiado el Deportivo y este, en algunos momentos, también se lo permitió.
Sí, hasta ese minuto 25 el Dépor estuvo bien plantado. Y sí, también podemos extrapolar incluso una buena noticia después de las dudas de los últimos días y el debate generado: habemus portero y se llama Rubén. Se confió en él y tuvo una destacada actuación.
Entre su buen papel y la falta de fortuna del Barcelona el Dépor se ha librado de un resultado doloroso que, si bien nada habría cambiado en los puntos de la clasificación, sí habría supuesto una losa muy grande de cara al próximo y especial partido contra el Celta. Al fin y al cabo, salir de la casa del líder con un 4-0, pues bueno, hasta suena a normal. Pero de ahí para arriba...
Me ha dolido la inoperancia ofensiva del Dépor que, cuando recuperaba la pelota se olvidaba de ir hacia la portería del Barça, el criterio no era bueno, el balón no llegaba a las zonas donde contaba con ventaja numérica.
Por contra, el mediocampo culé le ha dado una lección. Actuaron sin Busquets, su punto de referencia, y corrigieron su ausencia a la perfección. Lamentablemente, se cumplieron los pronósticos.