El mediocentro brasileño se reencontrará en el Camp Nou con Paulinho, compañero que fue durante su etapa en el Corinthians y mucho más que un amigo para el deportivista
14 dic 2017 . Actualizado a las 20:46 h.El balón los convirtió en inseparables y ahora los vuelve a reunir. El Barça-Dépor del domingo (20.45 horas, Partidazo) supondrá el reencuentro sobre el césped de dos grandes amigos, Guilherme y Paulinho. «Será un partido más, pero también muy especial por volver a verme con él en un campo de fútbol». Se conocieron en las filas del Corinthians y, pese a que el balón los llevó a diferentes esquinas del planeta (el rival deportivista llegó a la Liga este verano procedente de China, previo paso por la Liga inglesa), siempre mantuvieron el contacto. Incluso la semana pasada habían quedado en verse en Barcelona, pero el temporal acabó por persuadir al jugador del Dépor (desde esta temporada en propiedad, tras acuerdo con el Udinese italiano) de viajar al encuentro del barcelonista, con el que habla habitualmente y comparten aficiones junto a sus respectivas familias.
No es fácil que cuaje esta afinidad entre dos jugadores que comparten demarcación, pues en el Corinthians la titularidad de uno suponía la suplencia del otro, pero que desde el primer día se entendieron a las mil maravillas. «Estuvimos juntos dos años y medio, hasta que él se fue al Tottenham. Él venía del Bragantino y yo del Portuguesa. Primero jugaba él y cuando se marchó comencé a jugar yo, pero nunca fuimos competencia, siempre fuimos amigos», recuerda Guilherme.
El jugador del Dépor, de 26 años, destaca la calidad humana del que será su adversario en el Camp Nou. «Es muy buen compañero, muy buena persona, un crac para mí. Cuando lo conocí fue lo primero que me llamó la atención de él, porque desde el primer día me ayudó mucho», insiste antes de referirse a sus virtudes sobre el campo: «Me gusta mucho como futbolista, porque es una sorpresa, porque cuando entra al campo hace goles, pero no solo me gusta por marcar, sino por cómo juega, porque es un jugador diferente, no solo es un jugador de trabajo, sino de llegada, muy completo».
En este sentido, Guilherme compara a Paulinho, de 29 años, con su compañero Borges. «Es un futbolista parecido a Celso, de los que van de área a área, con mucha llegada», destaca, por lo que no le llamó la atención los 40 millones de euros que el Barça pagó por incorporarlo y sí las dudas que sobre el fichaje se plantearon en la Ciudad Condal. «Es un jugador diferente, a mí me gusta mucho, y es internacional», añade.
-Los mediocentros brasileños vuelven a los mejores clubes de Europa: usted, Paulinho en el Barça, Casemiro en el Madrid,... ¿recuperan el nivel de históricos como Mauro, Dunga o Mazinho?
-Creo que para eso nos faltaba un poquito, pero ahora es verdad que ahí hay muchos jugadores brasileños y en equipos buenos.
En su reencuentro del domingo, sin embargo, Guilherme dejará cualquier amistad en el vestuario y saltará al césped con las ganas de siempre. «No nos hemos apostado nada, pero si lo hiciéramos, yo siempre diría que ganamos nosotros. A Paulinho le deseo que le vaya muy bien en el Barcelona. Solo contra el Deportivo que juegue mal», señaló con una sonrisa sobre el amigo, su hermano culé del Barcelona.