Pepe Sand: «Hace tres años me fui a Segunda, a terminar mi carrera allí»

TORRE DE MARATHÓN

David Fernandez | EFE

El trabajo con un psicólogo fue clave en la recuperación del punta, que atraviesa su mejor momento a los 37 proclamándose subcampeón y máximo goleador de la Copa Libertadores

23 nov 2018 . Actualizado a las 18:38 h.

«Mi viejo era arquero, así que cuando empecé a tener noción de la pelota mi primera misión era atajar. Y me iba bien atajando, pero si me hacían goles y perdíamos llegaba llorando a casa y tenía pesadillas por la noche; así que mi vieja le pidió a mi viejo que me cambiara para ser delantero, le dijo que no podía atajar más. La vieja fue la que me vio el alma de delantero». Pepe Sand (Bella Vista, Corrientes, 1980) es ariete por parte de madre, y lo explica por teléfono desde Argentina, donde acaba de llevar a Lanús a rozar el sueño de una Copa Libertadores.

-Máximo goleador de la Libertadores a los 37, el de más edad en lograrlo en esa competición.

-Sí. Han sido dos años muy buenos. Estoy muy contento. Fueron dos goleos: uno en el campeonato y otro en la Libertadores.

-No ha sido nada fácil llegar ahí.

-No. Muy difícil. Cuando volví a Argentina se dieron tres temporadas muy malas y tuve que pasar por un equipo de Nacional B. Ahí logré recuperarme y volver a un club al que quiero mucho. Hace tres años no encontraba club y apareció uno del lugar donde yo nací. Aproveché para ir a Corrientes, a Segunda, a terminar mi carrera allí. Pero las cosas fueron bien, me vio un entrenador de un equipo de Primera (Aldosivi) y me volvió a contratar.

-Ha sido un giro espectacular.

-Había trabajado mucho en todos los sentidos, pero no me imaginaba rendir a ese nivel.

-Es su segunda etapa en Lanús y ambas fueron las mejores de su carrera. ¿Qué le da ese club?

-A Lanús lo quiero mucho. Aquí encontré tranquilidad, he tenido continuidad. En River empecé bien, pero luego pasé varias temporadas a préstamo y cuando empezaba a funcionar ya me tenía que ir. Así era imposible. La cabeza me marcó. Tuve pasos buenos por Banfield o por Colón, pero sin continuidad. Con Lanús me encariñé mucho enseguida.

-De irse a retirar a Segunda a los 34 a finalista en la Libertadores a los 37. ¿Qué cambió?

-El psicólogo me ayudó un montón, y empezar a entrenar doble turno, con mucha musculación por la tarde, que me hizo cambiar el físico. Gracias a eso pude estirar la carrera y volver a Lanús. Después de mi paso por Racing estuve muy mal. El psicólogo me ayudó a que la cabeza estuviera tranquila y me pudiera enfocar en mi trabajo. Para tener ganas de seguir jugando.

-A la historia le faltó el final feliz. Se quedaron a 90 minutos del título de la Libertadores.

-Sí. Gremio nos superó. En el primer partido no tanto, pero luego ya volvíamos a estar obligados a una remontada. En Buenos Aires entramos un poco nerviosos y cuando nos marcaron ya no estuvimos más. Pero para mí fue un sueño. Una locura. Todo lo que representó para la gente, algo increíble.

-Máximo goleador en Argentina y la Libertadores ¿No hay sitio para alguien así en la selección?

-No. Sé muy bien que por mi edad es muy difícil, tendría que pasar algo muy relevante porque hay jugadores muy jóvenes. Más allá de que mi rendimiento en la Libertadores pudiera darme una mínima chance, nunca lo pensé.

-¿Y ahora?

-Seguir los seis meses más que tengo de contrato, y ver si el club me renueva ahora o más tarde. Una temporada más voy a seguir seguro, me encuentro bien.

«Cuando fui al Dépor no era el momento de jugar en España, me faltó preparación»

Cuando no está entrenando, jugando, o con la familia, Sand se dedica a la cría de caballos de carreras. No ha vuelto a pisar A Coruña, donde militó en el Dépor durante media temporada (2010-2011) concluida en descenso.

-Apenas dejó huella en Riazor. Participó en cinco partidos, sin gol.

-Mi época en A Coruña me resultó muy difícil. Venía de un fútbol muy amateur, de Emiratos Árabes. Pensé que me iba a ir bien, pero se me hizo muy complicado. El entrenador no me conocía, no fue él quien me llevó. A mí me quiso el presidente, que me conocía de mi época en Lanús y me había querido contratar entonces. Me costó mucho físicamente. Cuando fui al Dépor no era el momento para ir a España, me tendría que haber preparado mejor, con tranquilidad.

-¿Le sorprendió el fichaje?

-Cuando mi representante me dijo que me iba para allá fue una alegría enorme. La idea de jugar en España. Obviamente el reto era importante, sabía los jugadores que habían pasado por el Deportivo. Pero pensaba que iba con otro aval, del entrenador. Además, me costó mucho físicamente. Estuve con un desgarro en la espalda después del partido contra el Real Madrid.

-Dice que Lotina no lo pidió. ¿Cómo fue su relación con él?

-Con él no pude hablar más allá de las conversaciones típicas entrenador-jugador. Me pareció un técnico muy defensivo, todo su trabajo se enfocaba ahí. Conocía muy bien el terreno defensivo, pero creo que por eso en los últimos partidos no pudimos sacar puntos: estábamos muy enfocados en lo defensivo.

-Ahora trabaja a las órdenes de Almirón, que ha sonado para entrenar en España. ¿Cómo es?

-Es un técnico muy trabajador. Le gusta mucho la posesión de la pelota y eso en el fútbol español va a gustar.