Los errores defensivos destrozan a un equipo coruñés que dominó (4-1), pero falló sus ocasiones

Pedro Barreiros
Redactor

¿Hay un solo Dépor o hay dos? ¿Puede la mejoría en ataque esconder la catástrofe defensiva que el equipo protagonizó en el campo del Espanyol? La respuesta está en el resultado, el inamovible 2-0 con que el partido llegó al descanso y el 4-1 final que sumieron a los coruñeses en la certeza de que así no se compite en Primera. Ni antes, ni después. Al equipo de Mel no le llega con un puñado de buenas intenciones, ni con media hora escasa de fútbol, ni con el paso adelante respecto a los partidos a domicilio contra el Levante y el Betis. Es imposible soñar con la zona media, imaginarse una temporada tranquila o siquiera pensar que la permanencia está garantizada, mientras el Deportivo se olvida la intensidad en el vestuario y defiende con tal pasividad.

 

Otros dos goles encajados antes del ecuador del primer período saludaron a modo de colleja el arranque deportivista. Baptistao y Arribas, este en propia puerta tras un remate que le golpeó en la pierna, abrieron la primera brecha. No hay perdón para un equipo que concede tanto, y el partido acabó por demostrarlo. Claro que de mediocampo hacia delante el Dépor parecía otro. Falto de la profundidad debida y acierto, pero hacía tiempo que no llegaba al descanso con nueve remates y que no dominaba con tal diferencia (35 % - 65 %) en un partido a domicilio. La mejor ocasión correspondió a Çolak a la media hora. Su disparo en el área tocó a un rival y puso a prueba los reflejos de Pau.

El paso por los vestuarios redobló la apuesta y, por fin, el equipo coruñés cerró los caminos hacia su portería. Suena raro, pero quizá protagonizó los mejores minutos de la temporada. Valverde compatibilizó su posición defensiva en la izquierda con otra más centrada y que lo conectaba más al juego, mientras Cartabia y Borges llegaban en oleadas al área espanyolista. El merecido 2-1 se hizo realidad en las botas del costarricense, quien en boca de gol finalizó una espléndida cabalgada de Luisinho.

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El paraíso de la remontada parecía posible. Pero todo quedó en agua de borrajas de la peor forma. Otra vez un error defensivo y la sombra de la ausencia de Sidnei. Un penalti absurdo de Arribas, que en su afán por salir con el balón jugado se llevó por delante a Granero, hizo trizas el plan. Gerard Moreno marcó el tercero y, casi de inmediato, Schär también sufrió una posible pena máxima, cuando cabeceó alto y desequilibrado un centro de Lucas, pero el árbitro no señaló nada.

Con el partido zanjado, y mientras Pantilimon alternaba paradas y pifias, el meta aún tuvo que recoger de la red el cuarto tras un buen centro de Baptistao que Moreno empujó a la red. ¿Demasiado castigo? ¿Acaso la Primera División espera por alguien?

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«El Espanyol fue mejor en las dos áreas»

El técnico del Deportivo, Pepe Mel, asumió que el Dépor no mereció la victoria, pero también enfatizó que el resultado fue excesivamente abultado. El técnico hace un resumen claro del duelo: «El partido ha tenido fases completamente diferentes, más allá del resultado. Con el 2-1 he escuchado al público silbar. Eso significa que teníamos el control del juego, hacíamos las cosas bien y llegábamos con facilidad. El Espanyol en cambio fue mejor en las dos áreas. Y, luego, con el penalti que propició el 3-1 terminó esa reacción y fase de buen juego que habíamos experimentado».

Pepe Mel tuvo claro en donde estuvo el error y sobre él prometió trabajar: «Un equipo que en la jornada seis lleva encajados catorce goles, está claro donde está el problema. Y eso hay que arreglarlo. Es cierto que estamos teniendo problemas en los centros laterlaes, pero el fallo del primer gol no viene de ahí, sino de que Gerard se descuelga de los dos centrales, recibe, se da la vuelta y lo dejamos pensar. En cambio, cada vez que nosotros quisimos hacer eso, los dos centrales del Espanyol venían a encimarnos para no dejarnos pensar». ¿Fue el triunfo sobre el Alavés? Esto fue lo que dijo Pepe Mel.

El registro más negativo de Alejandro Arribas

Antes de la media hora, Alejandro Arribas desvió hacia su meta un balón lateral, elevando el 2-0 al electrónico y convirtiendo al defensa madrileño en el futbolista con más goles en propia puerta en la historia de Primera división. Estos son los números del partido: