La importancia de la imagen más allá del resultado

Toni Ardá ARDÁ

TORRE DE MARATHÓN

20 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Estos días disfruto de ratos de sol, mar y charla futbolística con Gonzalo, buen amigo con el que compartiré en Riazor el partido de hoy. Gonzalo, de raíces coruñesas, socio del Real Madrid y fijo en el Bernabéu, me dice que inevitablemente el Deportivo empezará la Liga perdiendo. Yo pienso lo mismo, pero no se lo digo; le digo que ya veremos, que el partido hay que jugarlo, que son once contra once y toda una serie de tópicos típicos y clásicos del fútbol para mantener el optimismo hasta el momento en el que el balón se ponga en juego, aunque realmente intuyo que no se toma muy en serio mis argumentos.

El mejor momento para recibir a cualquier grande es desde luego el primer partido, quizás en esos primeros momentos los equipos se igualen porque todavía quedan muchos aspectos que trabajar, las dinámicas de juego no están consolidadas e incluso los mecanismos de atención no están fijados. Pero todo esto no es cierto en este Madrid. El equipo es el mismo que terminó la temporada anterior y que con mucho éxito ha empezado esta, los mismos jugadores, el mismo entrenador, el mismo juego... Nada ha cambiado.

El Deportivo parece mejor equipo que el de la temporada pasada, pero ha dejado muchas incógnitas en pretemporada, donde ha ganado a los equipos de menor nivel y se ha estrellado con el único grande con el que ha jugado.

Al margen del resultado del partido y del de los siguientes encuentros, los aficionados esperamos ver un Dépor reconocible, un equipo que muestre una determinada identidad, que consiga emocionar a la grada.

Volviendo al partido, del Madrid lo conocemos todo, y de los jugadores que saldrán a Riazor, la única certeza es que no jugará Cristiano. En temporadas pasadas donde todo giraba alrededor del portugués sería una buena noticia, en la actualidad parece que es irrelevante, todavía está fresco el partido de la temporada pasada cuando el Madrid se presentó con el equipo B y aquello fue un esperpento.

El Deportivo, probablemente, se debatirá entre realizar una propuesta arriesgada de presión alta en la salida del balón del rival, en jugar sin complejos imponiendo sus propuestas y otra más conservadora, defendiendo el espacio y su portería con líneas muy juntas y compactadas en campo propio. No seré yo el que diga lo que tiene que hacer Mel, pero si me gustaría ver un equipo que hiciese en el campo lo que ha decidido hacer en los entrenamientos, un equipo que, aunque sometido a la teórica superioridad del rival, ejecutase correctamente su idea para, cómo no, obtener un resultado positivo. Tampoco es un partido para dramas, es el primero. Gonzalo y yo nos iremos contentos si el grande gana y el pequeño deja la impresión de que el proceso para volver a ser grande está en marcha, aunque desde luego, me iré más contento con los dos premios, solo con los dos.