Un Fabril más cercano al Deportivo

Pedro José Barreiros Pereira
pedro barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

El ascenso del filial permitiría el acceso del club a jugadores de más potencial para el primer equipo

17 may 2017 . Actualizado a las 15:09 h.

Tino Fernández siempre ha presumido de apostar por la base. «Cuando llegamos, el Fabril estaba decimotercero en Tercera División y desde entonces ha mejorado mucho», subrayó en la última junta general de accionistas. Ahora el filial está en disposición de dar el salto a Segunda B, esta vez como campeón de grupo, por lo que dispondrá de dos oportunidades para conseguirlo. La primera, contra el Cacereño, comienza a domicilio este domingo a las 12.00 horas y espera concluir con éxito y gran fiesta el 27 o el 28 en Riazor.

La importancia de que el Fabril acabe militando en la categoría de bronce del fútbol español se basa en una necesidad de dar la mejor formación a los futbolistas de la cantera del club, pero también en la impepinable obligación económica. Con una mochila de más de cien millones de euros de deuda, el futuro del Deportivo pasa por abastecerse cada temporada de algún futbolista forjado en Abegondo. Y en la consecución de este objetivo no se han ahorrado gastos.

A las constantes mejoras en las instalaciones de Abegondo y los contratos con que ahora cuentan los entrenadores de la cantera, se unió el fichaje de un director de fútbol base y, el pasado verano, se dio un paso más cuando se reforzó el Fabril. No se ha abandonado el horizonte de que el filial acabe formando sus plantillas con un 80 o 90 % de futbolistas de la casa, pero las necesidades mandan y, ante la finalización de ciclo de varios jugadores, el club no dudó en incorporar a valores de otras canteras. Todo, con la misión de subir de categoría, que ahora acaricia.

Acortar las diferencias

En una entrevista a La Voz, el entrenador Cristóbal Parralo ponía de relieve la importancia de que el filial deportivista ascienda: «Creo que el Fabril debe estar en Segunda B para que no haya tanta diferencia con el primer equipo. Nuestra labor es formar futbolistas para que puedan dar el salto y este salto no es tan grande desde la Segunda B como desde la Tercera. Por eso, debemos conseguir el ascenso».

La sombra del primer equipo se proyecta sobre cualquier proyecto del Fabril. En la categoría de bronce del fútbol español este se nutriría de jugadores de una proyección mayor a la actual. Serían promesas que pudieran madurar sin prisa y ganar competitividad poco a poco, que enriquecerían su proceso de madurez al lado de otros jugadores más veteranos que les enseñasen el camino de la regularidad, antes de reclamar un hueco en la plantilla profesional.

El eterno rival deportivista no dudó en el 2014 en comprar la vacante del Ourense y gastarse 265.000 euros para devolver a Segunda B a su filial recién descendido, una operación que entonces consideró prioritaria y que, solo tres años después, podría impulsar al Celta B hasta la Segunda División. Nada menos que catorce filiales de clubes de Primera y Segunda militan en categorías superiores a la del Fabril. Solo el Sevilla Atlético juega en la división de plata, pero, además del equipo vigués, también el Barça B y el Valencia Mestalla van a disputar la promoción para acompañarlo a partir de la próxima campaña. Seguirán en Segunda B los buques insignia de las canteras del Osasuna, el Valladolid, el Athletic, la Real Sociedad, el Madrid, el Villarreal, el Mallorca, el Granada y el Córdoba, aunque acaba de bajar a Tercera el del Espanyol. Hasta nueve filiales de Tercera desean subirse a este tren a lo largo del próximo mes: el del Dépor, pero también los del Sporting, Alavés, Atlético, Málaga, Almería, Betis, Las Palmas y Zaragoza.