Los tres goles sin los que no se entiende la salvación del Deportivo

M. P. R.

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Florin Andone mantuvo al equipo coruñés en la pelea pero fueron los tantos de otros compañeros los que lograron victorias que se volvieron claves

15 may 2017 . Actualizado a las 22:52 h.

El Deportivo festejó el domingo por la noche más que la permanencia, el alivio de cerrar una temporada de mucho sufrimiento, la quinta consecutiva viviendo al límite en Primera división. Dos descensos y tres episodios de salvación en la última o penúltima jornada ponen de los nervios hasta al aficionado más cabal. Pepe Mel presumió de «méritos propios» tras el empate sin goles en Villarreal, pero a nadie se le escapa que la igualada del Leganés en Bilbao hizo también mucho por la causa coruñesa. El balance del año se mueve, inevitablemente, entre la alegría del objetivo único de la temporada amarrado y la frustración de un tramo final de Liga amargo, en el que el desencanto cundió entre la fiel afición deportivista por primera vez en muchos años. 

En ese panorama, hay tres goles que se antojan claves para entender la salvación del Dépor. Tres tantos sin los cuales hubiera sido muy difícil haber llegado hasta aquí para este equipo que ha sido incapaz de ganar al Leganés y al Granada en sus dos partidos, que cedió un punto a Osasuna, que no se impuso al Betis ni al Alavés ni una vez... El Dépor se ha salvado con una solitaria victoria a domicilio y sin poder imponerse a ninguno de sus rivales directos en los emparejamientos de la temporada, salvo Osasuna y Sporting. Así, a pesar de que Florin Andone mantuvo a los coruñeses en la pelea con un óptimo rendimiento goleador (10 tantos), son los goles de otros tres compañeros los que a posteriori se han revelado como vitales para la salvación del Dépor:

El milagro de Babel

Ryan Babel era un jugador bajo sospecha. Su llegada a A Coruña sonó a fichaje exótico, en el sentido más peyorativo de la expresión. Su estado físico era precario. Pero Garitano pronto vio en los entrenamientos que la capacidad del holandés para tocar el balón desde la izquierda y convertirse en una salida limpia del juego iba a facilitar mucho la vida de Çolak, de Andone y del equipo en general. Las críticas eran muchas con cada esporádica aparición de Babel, hasta que el ex del Liverpool marcó al Sporting de Gijón uno de los goles más trascendentales de la temporada. El Dépor se veía abocado a un triste empate ante un rival directo hasta que Babel recortó a 20 metros de la portería y armó un derechazo implacable sobre la bocina. Riazor estalló, Garitano lo celebró en el medio del campo, y el Dépor enlazó desde ahí su mejor tramo de campeonato hasta que Babel hizo las maletas para Turquía. 

La reaparición de Mosquera

Cuando Pepe Mel aterrizó en A Coruña, aludió individualmente a tan sólo un futbolista. Quería que Pedro Mosquera volviese a ser «uno de los mejores mediocentros del fútbol español». El coruñés había perdido predicamento con Garitano, ante el rendimiento que dieron Guilherme y Celso Borges en los mejores momentos del Dépor en la temporada. Pero Mosquera hizo aportaciones puntuales y claves con la llegada de Mel, a pesar de la lesión que le ha frenado en las dos últimas semanas de competición. Ningún momento más clave que el gol del centrocampista en Gijón al Sporting. En un partido muy similar al de Villarreal, con escasas llegadas, un penalti fallado por Çolak y la desesperación de la marea blanquiazul citada en El Molinón, Mosquera cazó la enésima asistencia a balón parado de Çolak para aparecer en el segundo palo y marcar el gol de la victoria sobre el Sporting. Tres puntos vitales, sin los que no se entiende la salvación del Dépor, y que además aseguraba el golaveraje, que se reveló trascendental en el tramo final de Liga. Los 3 goles de Mosquera esta Liga han servido para marcar unas distancias decisivas con el descenso.

El gol del símbolo de la grada

La temporada de Álex Bergantiños es una de las más duras de la ya larga carrera del coruñés. Alejado de las alineaciones y convocatorias con Garitano, el capitán trabajó en la sombra para dar ejemplo y estar alerta por si, como ha venido sucediendo en los últimos años, había que tirar de él. Y se cumplió esa premisa: ante la urgencia, Álex Bergantiños. Pepe Mel, siempre atento a las pulsaciones de la grada, dio minutos al símbolo del coruñesismo en la grada. El 4 blanquiazul respondió con su oficio habitual ante el Barcelona, su gran aparición de la temporada, liderando un trabajo defensivo coral impecable, y marcando un gol trascendental, que permitió tumbar al Barça y darle al Dépor 3 puntos con los que casi nadie podía contar. El gol de Bergantiños a los azulgrana fue, además, uno de los pocos momentos de verdadera felicidad de la grada esta temporada, un chispazo de ilusión que hacía pensar que el final de Liga sería de un placentero aburrimiento hacia una clasificación final holgada. Fue una bonita ilusión que duró un par de partidos.