Las bajas y la falta de resultados obligan a Mel a buscar alternativas ante el Espanyol
04 may 2017 . Actualizado a las 11:04 h.El último día, en el momento del adiós, el capitán encontró su compañía. Recorrieron el mismo camino hacia la banda, los dos a un tiempo, y esas cosas unen. Fernando Navarro se despidió del Sevilla, tras siete cursos en el Pizjuán, al llegar el minuto 57 de un partido frente al Almería. Junto a él, abandonó el campo Arribas. Emery necesitaba remontar y cambió un central y un lateral por un delantero (Aspas) y un carrilero de mayor vocación ofensiva (Tremoulinas). Vencieron finalmente los del barrio de Nervión, pero no lograron adelantar al Valencia y tuvieron que apuntarse la Liga Europa para acceder a la Champions a la temporada siguiente. Navarro la siguió ya desde A Coruña, a donde había llegado con aquel acompañante de su último paseo defendiendo al Sevilla. En el Dépor, al amparo de Víctor Sánchez, ambos zagueros se hicieron fijos. Un año después, con Garitano al frente, les costó algo más consolidarse en el sitio. Mel ha rehabilitado a Arribas, pero confió en Luisinho por delante del otro candidato a lateral izquierdo.
La polivalencia, sin embargo, ha jugado en favor del jugador de campo más veterano de la plantilla. Primero fue la del portugués, que en los encuentros más recientes dejó libre su plaza y se empleó como interior ante el flojo rendimiento de los especialistas de banda ofensivos. Ahora, es la versatilidad del propio Navarro la que podría abrirle un hueco en el once del próximo domingo. El ensayo de ayer sirvió para reacortar las distancias entre dos amigos.
Sidnei se quedó en el vestuario, disfrutando junto a Joselu de «reposo deportivo». Albentosa sí pisó el césped de Abegondo, pero será baja por sanción ante el Espanyol, así que formó con el grupo de presuntos suplentes, lo mismo que el fabrilista Nacho Monsalve. La defensa del once de presumibles titulares (aún a tres sesiones de distancia del partido) tuvo en su eje a Navarro junto a Arribas. La pareja no estaba tan próxima desde hace catorce meses. Fue el suyo un final feliz, porque participaron en la última victoria en casa del Dépor de Víctor. En el 2-1 al Levante tuvieron como escolta en los carriles a Juanfran y a Luisinho, quienes repetirán casi seguro esta jornada ante los pericos. No habían vuelto a coincidir desde entonces.
El rival que menos dispara
El improvisado cuarteto contará con una pequeña ventaja frente a la falta de rodaje. El rival es el más rácano de la Liga en cuanto a ocasiones generadas. Nadie dispara tan poco como el Espanyol, que además reduce al mínimo sus chuts a domicilio. No llega a siete por duelo, el siguiente en la tabla, el Sporting de Gijón, promedia 8,1; el Deportivo, cuarto en la lista por arriba, llega a los 11,3. La efectividad del conjunto de Quique Sánchez Flores es, por contra, bastante mayor que la del equipo de Mel: llevan 17 dianas fuera de casa, una más que el Dépor.
La polivalencia que el domingo podría lleva a Navarro a alcanzar las 20 titularidades en Liga (35 acumuló en la 2015-2016) es otro factor a favor en la continuidad del veterano, quien alcanzó ante el Real Madrid el mínimo de intervenciones para la renovación automática. El limitado presupuesto blanquiazul limitará la renovación del plantel y los carriles quedarían así cubiertos salvo que se produzcan salidas. El catalán, a punto de cumplir los 35, amplía los recursos en el centro y los costados de la zaga.
Como central ha cumplido también Bergantiños cuando la ocasión lo ha requerido. Sin embargo, no fue en ese puesto donde lo emplazó ayer el míster durante las pruebas. El coruñés se mantuvo en la medular, aunque más arropado. El técnico blanquiazul optó durante el partidillo por un trivote, pese a que esa zona también sufre una merma de efectivos. Mosquera sigue al margen y solo la extrema necesidad le oblibaría a volver a escena.