Hay futbolistas que se ganan el respeto del aficionado del rival y del compañero, sin necesidad de venderse en los medios con arengas y frases hechas sobre su implicación o no con el proyecto, el míster, o la ciudad.
Son aquellos que se van ganado su status por todo lo que hacen sobre el verde. Son, como me gusta llamarlos a mí, «líderes silenciosos».
Çolak es uno de ellos. Ahora mismo es el faro que guía el fútbol ofensivo del Dépor, siempre disponible para asociarse con todos sus compañeros y dar más fluidez y claridad al juego de ataque del Dépor. Su conducción de balón, sus giros y, sobre todo, su forma tan explosiva de frenar con ese centro de gravedad tan bajo, le hacen ser imprevisible en sus maniobras, preferentemente en zonas interiores (en banda pierde potencial, a mi modo de ver).
Tal vez eche de menos verle actuar algo más adelantado para ver sus prestaciones en el pase final y la finalización (tiro y llegada al área). Es, además, un futbolista talentoso y con margen de mejora, sobre todo en aspectos defensivos y en alguna ocasión en su lectura del juego (cuándo acelerar y cuándo ralentizar las acciones) que puede acabar dando un rendimiento óptimo al Dépor, sin mucho ruido, pero con mucho fútbol.