El difícil ascenso al trono de Valerón

Pedro José Barreiros Pereira
pedro barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

Çolak es el último aspirante al puesto de mediapunta del Dépor desde la marcha del Flaco

03 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Este verano se cumplió una década desde que Valerón se lesionó de gravedad en la rodilla izquierda. Era la quinta operación que el ídolo, que entonces cumplía 31 años, sufría en la misma articulación y el Deportivo no demoró más la búsqueda de un sucesor. Aunque siguió jugando y su carisma se reveló insustituible, el club se afanó por hallar otro jugador de sus características, un nuevo arquitecto para el juego ofensivo. Por Riazor pasaron desde entonces toda clase de mediapuntas: los clásicos de referencia para el fútbol de ataque, siempre en busca de la espalda del mediocentro rival; los aliados del gol, delanteros con alma dual, de pasador y finalizador; y los centrocampistas totales, capaces de participar en todas la tareas del fútbol y de abarcar muchos metros de terreno. Garitano disfruta ahora de uno de estos últimos. Las condiciones de Çolak no se condensan en las de un asistente de primer orden (por más que sea el jugador de la Liga que da más pases que acaban en disparo, supera los tres por partido, más que Kroos o Viera), ni en las de un centrocampista ofensivo con olfato anotador (aunque acabe de marcar), ni en las de un medio polivalente (pese a que en el Galatasaray jugaba en el doble mediocentro y en las primeras jornadas con el Dépor llegó a partir desde la banda derecha).

Sus características beben sorbos de cada uno de estos perfiles y, además, disfruta de una personalidad que ha llamado la atención de todos, pese a tratarse de un debutante con la blanquiazul y de que está disputando la primera temporada lejos de su Turquía natal. «Es un buen muchacho -retrataba Borges al mediapunta-, no habla mucho español ni inglés, pero con ese carisma que tiene se ha ganado el cariño del vestuario. Me siento al lado de él en el vestuario y el idioma del fútbol sí que lo entiende bastante bien. En la cancha ya ven todos la calidad que tiene y la voluntad de trabajo que tiene», añadió el mediocentro.

Su ausencia en el derbi, lejos de sembrarle dudas, le ayudó a multiplicar el compromiso y a exigirse aún más. Así describía aquel momento Luisinho en Radio Voz: «Todos sabemos que Çolak tiene gran calidad y es un gran jugador. Fue una llamada de atención para él y, cuando tienes un buen conductor de hombres como el míster lo es, las cosas se resuelven fácil. Sintió que lo tenía que dejar fuera, lo dejó y él (por el futbolista turco) respondió con un gran partido».

El fútbol de Çolak en estas diez jornadas, culminado por el gol al Valencia, lo ha encumbrado a los altares de Riazor. La hinchada ha reconocido a un jugador diferente, capaz de llevar sin temor la batuta de la creación ofensiva desde una mezcla de talento y esfuerzo que lo ponen, al igual que muchos otros antes, en el durísimo camino hacia el trono de Valerón, el puesto que el Deportivo más tiempo lleva buscando. Allá por el 2006 le llegó la reválida al primero, Verdú, quien completó tres temporadas en el club. Como El Flaco, era un clásico jugador de referencia, capaz de situarse entre líneas y brindar el pase de gol al delantero. Su salida abrió la puerta a una solución de cantera, Juan Domínguez, señalado como sucesor natural del Flaco. Poco dotado para el gol y con dificultades para jugar de espaldas a la portería rival, el propio futbolista coruñés, ahora cedido en el Mallorca, insistió siempre en que sus condiciones eran las de mediocentro, no las de mediapunta.

La cesión de Míchel se truncó por la lesión que sufrió y el descenso con que acabó aquella temporada. En Segunda abrió la despedida del Flaco de Riazor, pues solo jugaría otro año más. Los experimentos de otro canterano, Juan Carlos, sin apenas oportunidades en Primera, y el portugués André Santos, un internacional que pasó de puntillas por A Coruña, abrieron las puertas a mediapuntas sudamericanos, como Culio, Rabello, ambos en Segunda, y Fariña. Solo el primero, centrocampista total, dejó huella en A Coruña, mientras la pasada campaña Luis Alberto, goleador en la segunda línea de ataque, se reveló como el mejor socio de Lucas. Ahora Çolak abre su camino.