El niño que quería tirar las faltas en La Masía llega a Riazor

Alexandre Centeno Liste
alexandre centeno A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El portero de Coristanco, Rubén Martínez, regresa a A Coruña veinte años después para cumplir su sueño frustrado de entonces de fichar en el Deportivo

13 jul 2016 . Actualizado a las 17:00 h.

«Tenía potencia y colocación. En algún entreno, cuando ensayábamos faltas, él aprovechaba para tirarlas. Pero el entrenador no creía oportuno que lo hiciera en los partidos, más que nada porque también tenía buenos lanzadores. Su buen juego de pie fue uno de los factores que nos llevaron a ficharlo, porque en aquel momento ya se empezaba a buscar gente así y un niño de su edad con tan buen desplazamiento se tenía en cuenta». Jordi Castell, durante años entrenador de porteros del fútbol base del Barcelona, recuerda perfectamente los inicios de Rubén Martínez en el conjunto azulgrana.

Llegó a la Ciudad Condal procedente del Orillamar, en donde trabajó con el mítico Juan Ignacio Otero (entonces entrenador de porteros del modesto club coruñés) y con Luis Ucha, el que lo recomendó para el Barça: «Luis [Ucha] me llamó un día para decirme que tenían un porterazo, que tenía que verlo. Y qué razón tenía», recuerda Castell.

Eran momentos en los que el Deportivo había decidido prescindir de las categorías inferiores y eso obligó a Rubén a hacer las maletas. «Ya se le veía que tenía condiciones. Además, ejecutaba las faltas como pocos. Con nosotros llegó a meter algún gol directo», comenta Ucha, quién recuerda sus primeros días en la Ciudad Condal. «Fui con sus padres y su hermano a ver su debut. Después, acudimos al Camp Nou a ver al primer equipo. Y cuando lo dejamos en La Masía se vino abajo. Daban ganas de cogerlo y traérnoslo de nuevo. Pero se sobrepuso y ya se ve adónde llegó».

Madurez desde niño

La tenacidad es una de las virtudes de Rubén. Lo sabe bien Juanjo Vila su descubridor en el Bergantiños. «Si alguien conoce a Rubén ese soy yo. Y si algo destacaría de él, además de sus cualidades como portero, es su carácter. De niño ya era como ahora: muy maduro y supercompetitivo. Su constancia le hizo triunfar. Y no destacó más porque tuvo mala suerte. Fue internacional en todas las categorías inferiores pero se encontró delante a Valdés».

Un portero con buen golpeo de pie y seguro en las salidas que los que lo conocen no dudan de que puede discutirle la titularidad a Lux y Tyton: «Quizá el argentino parta con ventaja porque conoce la casa y por su carisma, pero pienso que la pretemporada será la que decida quién va a ser el titular y con el trabajo diario no veo a Rubén inferior a los otros dos», destaca Queco Piña que lo tuvo de suplente en el Racing de Ferrol.

Condiciones y cabeza para un portero al que el Otero ya le auguró un gran futuro cuando Vila lo llevó a probar al Orillamar con 12 años: «Pero de dónde habéis sacado este monstruo», comentó Floreal al técnico bergantiñán. Un monstruo que regresa a A Coruña con 32 años para cerrar la portería de Gaizka Garitano.

Fabricio estará la próxima semana en la capital herculina para despedirse de la afición

GONZALO BARRAL

Mientras el Deportivo apuntala la portería con la llegada de Rubén Martínez, otro meta estará la próxima semana en A Coruña para despedirse de la afición. Después de varios meses de silencio, Fabricio Agosto tiene previsto comparecer en una rueda de prensa para explicar los motivos de su salida de la escuadra blanquiazul.

El meta canario jugará las tres próximas temporadas en el Besiktas, adonde llegó de la mano de José Sambade, el que fuera entrenador de porteros del Deportivo, al gran artífice de su incorporación al conjunto otomano.

Aunque el club coruñés trató de retenerlo con una importante oferta económica, en ningún momento pudo llegar a la propuesta del Besiktas: tres temporadas a base de 1,1 millones de euros netos la primera, 1,2 la segunda y 1,3 la tercera. El régimen fiscal turco beneficia mucho a los clubes de fútbol a la hora de realizar fichajes, ya que las retenciones son mínimas.