Cardoso, el fútbol o nada

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

La madre del último fabrilista en debutar en Liga con el Dépor lloró al verlo saltar al Camp Nou

24 dic 2015 . Actualizado a las 17:44 h.

-¿Y si Miguel no hubiera sido futbolista?

-Nada. No habría sido otra cosa. Desde pequeño, desde muy niño, él no daba más opción. Profesional del fútbol o nada.

José Carlos pasea por la grada de la ciudad deportiva de Abegondo sin quitarle ojo a su hijo. Es una vieja costumbre la de observar al chaval desde la distancia, con líneas de cal de por medio. De cuando Miguel seguía a su hermano, cinco años mayor, por los campos más modestos de Lisboa. Joao se dejaba querer por el crío y de vez en cuando le hacía sitio en las pachangas del barrio. «Con tres o cuatro años ya venía a jugar con mis amigos. Con seis, competía con niños mayores que él en el Río Mouro, en fútbol siete -recuerda el tercero de los Cardoso-. Nunca pensó en ser nada más que futbolista».

Recuerdos del Camp Nou

Joao llegó a categoría distrital antes de colgar las botas. Hace doce días encontró un breve mensaje en el móvil al concluir la jornada laboral: «Tenías razón. No lo habría imaginado». El benjamín, ya. Y a lo grande. «Le dije que iba a debutar en el Camp Nou, pero él no me creía -presume el hermano mayor-. Fue una pena no haberlo podido ver».

Fueron testigos Jose Carlos y su mujer, Rute. Aunque tuvieron que presenciar el momento por la tele. «Fue una emoción enorme. Verlo salir fue algo increíble. Nos quedamos felicísimos», recuerda el padre de Miguel. Su esposa lloró de alegría.

La emoción persistía cuando el chico llamó a casa al concluir el partido. «Le felicitamos, claro. Yo no tenía ni palabras. Le pedí que siguiera trabajando así». De aquellos veinte minutos frente al Barça quedan buenos recuerdos y una prenda. Ni Messi, ni Iniesta. La camiseta del debut sigue en manos de su portador aquel día. «No quiso cambiarla con nadie».

Los beneficios de ser goleado

«Lo noté confiado desde el principio. Pero él es así, le habría dado lo mismo que el rival fuera otro. Tiene mucha personalidad», apunta José Carlos acerca del estreno de su benjamín. Miguel no se dejó impresionar por el escenario. Tampoco aquella vez en que se soltó de la mano de Rute y saltó al césped corriendo tras la pelota que perseguía el equipo de su hermano.

El mismo Río Mouro en el que ingresó en cuanto tuvo la edad mínima y con el que recibió una paliza memorable. «Jugaron contra el Benfica y perdieron 10-0», recuerda Joao. Acabado el duelo, un ojeador de los encarnados pidió hablar con el padre del delantero rival. «Nos dijo que querían ficharle. Allí mismo lo arreglamos», profundiza el progenitor. No pesaron entonces los colores: toda la familia es del Sporting.

Elogios de sus entrenadores

Fueron ocho temporadas con las águilas (una, cedido en el Estrela Amadora, donde actuó de mediapunta). Cardoso ganó varios campeonatos y llegó a ser capitán antes de alcanzar la etapa juvenil y recalar en el Casa Pía. «Era un chico muy activo, muy rápido», señala Casemiro Fragoso, su entrenador en la institución por la que también pasó Salomao. «Tenía carácter -profundiza el técnico-, se enfadaba mucho si entrenaba mal y cuando perdía».

Una forma de ser que no varió con el salto al Real Massama. «Yo entrenaba al equipo sénior y él era junior, pero lo hacía jugar con nosotros», relata Joao Silva. Miguel le llamó la atención «por su inteligencia, su velocidad y su facilidad para rematar con cualquier pie». «Era un chico muy humilde, con una gran personalidad, le gustaba mucho trabajar y fuera del campo llevaba una vida correcta», añade el míster.

Responsable y con carácter

En casa, las cosas no eran distintas. «Siempre fue un chico con carácter, muy responsable. Cuida mucho las horas de sueño y las comidas», afirma el padre del extremo blanquiazul. José Carlos llegó a Riazor para el debut de su hijo en casa, frente al Llagostera. «El partido no me gustó, fue extraño, le faltó tensión. Ya venía resuelto». Como el futuro de Miguel. Futbolista, o nada.

«El entrenador le dijo que prefería que se quedara en el Deportivo, que no saliera cedido»

En septiembre, durante un alto de la competición, Miguel Cardoso viajó a Lisboa y fue a ver un partido del equipo que dirige Joao Silva. «Le dije que tuviera paciencia, que no se desesperara, porque su oportunidad llegaría -detalla el técnico-. Cuando lo vi salir al campo en Barcelona sentí un gran orgullo. Mucha felicidad».

Para llegar a ese debut liguero en el Camp Nou, el joven extremo nacido en Sintra tuvo que exprimir esa paciencia que hace meses le pedía su exentrenador. Apenas contó para Víctor, pero el míster blanquiazul ya le había demostrado su confianza en verano, como relata el padre del jugador: «Habló con él y le dijo que tendría su oportunidad. Que prefería que se quedara en el Deportivo, que no saliera cedido».