El equipo carece de especialistas de banda en ataque y ha necesitado reconvertir jugadores y tirar del filial mientras sigue peinando el mercado
18 jul 2015 . Actualizado a las 13:53 h.Como suele ocurrir, el marrón le cayó al nuevo. Desde el primer amistoso de pretemporada Alex Corredera ha ido pagando la novatada recluido en un costado, lejos de su plaza de costumbre en la medular o la mediapunta. Le ha puesto ganas hasta conseguir figurar entre los mejores de cada duelo, pero un día después de la cómoda victoria ante el Silva, el catalán reconoció haberse sentido fuera de lugar.
Tampoco Luisinho está cómodo tantos pasos por delante del puesto de lateral. El portugués lleva dos años insistiendo en que le faltan rutinas propias de un extremo y también metros para las incorporaciones sorpresa que le caracterizan. Una reclamación que no parece haber calado en el cuerpo técnico: en Cerceda y Ferrol, el ex del Benfica ocupó la banda izquierda del frente de ataque, con Navarro a su espalda. Solo ayer arrancó el duelo ubicado en su posición natural. Han pasado casi cinco años desde que Luisinho se recicló hasta convertirse en carrilero en el Paços Ferreira (antes fue centrocampista, mediapunta y, sí, extremo) y los 30 no parecen la mejor edad para desandar el camino.
Las alternativas empleadas para ensanchar el campo han pasado por un par de futuribles que dan lustre a la cantera. Cardoso (hasta que se fracturó la nariz) y Pinchi han gozado de protagonismo entre los mayores. Y esa es toda la cera que hasta el momento ha dispuesto Víctor Sánchez, que esperaba toparse con un 90% del plantel resuelto a la vuelta de vacaciones y dos semanas después del retorno aún debe reforzar casi todas las demarcaciones.
Especialmente, unos flancos sin especialistas experimentados que ya se convirtieron en laguna durante la pasada campaña. A los delanteros apenas les llegaron desde las bandas balones en ventaja para el remate. Los ocupantes de los extremos fueron demasiadas veces mediapuntas reconvertidos o jugadores a pierna cambiada con tendencia a acercarse al área y buscar el disparo o el pase en corto antes que a apurar la línea de fondo y poner el centro. Recursos que no mezclan bien con arietes del perfil de Riera o Postiga.
Fede Cartabia y Lucas
El míster sabe de la importancia de contar en las bandas con jugadores capaces de colocar la bola en zona de remate. Esa fue su función vestido de corto y el Deportivo busca quien lo emule.
La llegada de Juanfran, en quien el míster confía para la plaza de interior además de como alternativa en el lateral es el primer paso en ese sentido. Su caso se emparejaría con el de Luisinho (aunque al madrileño le hace más gracia adelantar la posición), pero no resolvería la necesidad de contar con un especialista.
Condición de la que goza, por ejemplo, Robert Ibáñez. El canterano del Valencia conocía el interés blanquiazul, pero eligió regresar a préstamo a la disciplina del Granada, pese a que Sandoval apenas contó con él durante el último tramo de la pasada temporada.
En el conjunto de Mestalla van sobrados de futbolistas acostumbrados a jugar pegados a la línea y alguno como Fede Cartabia sabe ya que volverá a salir cedido. En el argentino, que no ha viajado a China con los de Nuno, ya se fijó el Dépor hace un año y ahora ha renovado el interés.
Tampoco lo ha perdido por Lucas Pérez, que no está teniendo una pretemporada apacible en el PAOK. Su entrenador, Igor Tudor, ha llegado a multarle por una falta disciplinaria y no lo convocó para el partido de Liga Europa. Diversos medios griegos se apuntan a la teoría de una nueva cesión.