El Deportivo empata en el Camp Nou y logra la permanencia en Primera división

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

TORRE DE MARATHÓN

Con 2-0 en contra, dos goles de Lucas y Salomão salvan al equipo coruñés del descenso

24 may 2015 . Actualizado a las 10:38 h.

El Deportivo es de Primera. Nadie dijo que fuera a ser fácil, y tras una segunda vuelta al borde de la catástrofe tuvo que verse 2-0 en contra, ante el Barcelona, nada menos, en el partido decisivo para buscar el imposible. Y lo encontró: los goles de Lucas Pérez y de Salomão salvaron al equipo coruñés, un desenlace agónico para un conjunto abocado a llevar al borde del infarto a todos aquellos que le profesen algún cariño. El punto del Camp Nou mandó a Segunda división al Almería y al Eibar, y llevó el delirio a A Coruña, que pasó el calvario de una temporada con muchas papeletas para el fracaso pero que terminó con final feliz de la manera más complicada posible: una remontada ante el Barça campeón, cuando ya todo parecía perdido.

El cliché de un partido calificado como final era esta vez ineludible. Por más que en el Camp Nou hubiese fastos de todo tipo por Xavi y el títiulo de Liga conquistado la jornada pasada, había competición seria en Barcelona y se supone que la tenía que poner el Deportivo. Bastaron apenas 5 minutos para que el partido homenaje de los azulgrana se pusiese infernal para los coruñeses. Tras un córner sacado por Lucas, el Barcelona explotó ese contragolpe que ha añadido a su arsenal camino del triplete. Corrieron los galgos y aunque Fabricio evitó el pase de gol, luego Rafinha encontró a Messi llegando desde atrás para cabecear el 1-0. Poco después, Canella, el parche en el lateral izquierdo, pedía el cambio por un golpe en la clavícula. El Dépor pasaba a jugarse su futuro con Bergantiños en el lateral diestro y Laure en el izquierdo.

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Lo que siguió al gol del Barça fue un ejercicio de impotencia de un Deportivo cuyo plan se fue revelando poco a poco demasiado temerario: aguantar el 1-0, consciente como era de que el Eibar solventaba pronto su debate ante el atribulado Córdoba. Esperaba Víctor que el Barça fuera poco a poco bajando el pistón y permitiese al Dépor un arreón final en busca del gol salvador. En el plan no entraba que el Barcelona tuviese la pelota el 80 % del tiempo, que Rafinha quisiese convertir el choque en una exhibición de free style, que Neymar tirase sombreros imposibles a Laure o que nadie midiese una carrera con Vermaelen en su debut oficial. Lucas era el más adelantado del Dépor y estaba a más de 50 metros de la portería de un Masip que tenía su primer contacto con el Camp Nou. Los tres mediocentros coruñeses (Juan Domínguez, Bergantiños y Borges) no robaban y el Barça jugaba a placer. 

Sólo el paso de los minutos y la futilidad del partido amansaron los ánimos azulgranas. Fabricio evitó con dos paradones épicos ante Messi y Pedro el 2-0 y el partido fue transitanndo hacia la nada. No había noticias del Deportivo mientras el Barcelona jugeteaba con la pelota y buscaba que Xavi marcase su golito en la despedida de su casa. Pasada la media hora, Laure pedía un tímido penalti poco después de que Salomão diera señales de vida del ataque del Dépor. Con la actividad del extremo luso cambiado a la derecha se motivó algo el equipo coruñés, que cerró el primer tiempo con su única ocasión: Lucas se escapó como extremo diestro y su pase lo roza Cavaleiro, sin coger portería.

CESAR QUIAN

Instinto de supervivencia al límite

La segunda parte no varió su guión. El Barcelona manejaba con fluidez ante un Dépor que esperaba noticias. El Almería no podía con el Valencia y el Eibar tenía los deberes hechos. La cosa se perfilaba para 35 minutos de tedio y 10 de furia para buscar el empate. Sobre el papel era posible, pero cuando un error en el centro del campo permitía a Neymar regalar un gol más a Messi, el 2-0 semejaba una montaña inalcanzable. Pero con el Deportivo nunca se sabe. Un club con su instinto de supervivencia puesto a prueba con demasiada frecuencia en los últimos años como para saber lo que va a ocurrir. Con el Barça ya pensando en no lesionarse, con Douglas en el campo, con Bartra lastimado, Lucas encontró un latigazo en la frontal del área que se coló por la escuadra.

ANDREU DALMAU | Efe

El gol del coruñés, lleno de fe y al límite de sus fuerzas, espoleó a los coruñeses. Un gol más significaba la salvación y todo lo que acarrera la permanencia en Primera para un club tan necesitado. Sin perder los papeles, el Dépor dio un pasito adelante. Poco más había que perder en Barcelona. Entraron Medunjanin y Oriol Riera y entre los dos propiciaron el empate. Antes, el criticado centrocampista estrellaba una falta en el larguero, y Fabricio se convertía en héroe taponando la clara ocasión de Neymar en el área coruñesa. Poco importaría a falta del último cuarto de hora. Disparó Oriol, la mano de Mathieu otorgó una falta al borde el área y tras el disparo de Medunjanin, Salomão embocó el rechace. La euforia se desató en los centenares de aficionados blanquiazules, que pasaron a rezar a todos los dioses conocidos para que la cosa se quedase tal cual. Con 5 minutos de añadido, con el Dépor estirando cada pausa y el Barça cumpliendo el expediente con la intensidad justa, el final del partido desató la fiesta. Un año más en Primera para un equipo obligado a sufrir hasta el final.

2. Barcelona: Masip; Adriano, Bartra (Mascherano, min.69), Vermaelen (Douglas, min.63), Mathieu; Sergio Roberto, Xavi (Iniesta, min.85), Rafinha; Pedro, Messi y Neymar.

2. Deportivo: Fabricio; Laure, Lopo, Sidnei, Canella (Medunjanin, min.38); Celso Borges, Álex Bergantiños, Juan Domínguez (Oriol Riera, min.62); Salomão, Lucas Pérez (José Rodríguez, min.85) e Iván Cavaleiro.

Goles: 1-0, min.4: Messi. 2-0, min.60: Messi. 2-1, min.67: Lucas. 2-2, min.75: Salomao.

Árbitro: Clos Gómez (comité aragonés). Mostró cartulina amarilla a Juan Domíguez (min.59), Mathieu (min.75), Oriol Riera (min.90+) y Medunjanin (min.90+).