¿En qué beneficia al Deportivo la postura de los Riazor Blues?

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

TORRE DE MARATHÓN

08 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los Riazor Blues tienen al Deportivo en un lío tremendo. Su negativa a disolverse o a reinventarse ha metido al club en una situación delicada y difícil de manejar, en lo que es un hecho impropio de quien se arroga la condición de guardián de las esencias deportivistas.

El pasado sábado, un grupo de la citada agrupación leyó un comunicado. Ni una sola palabra de condena a la violencia, salvo la de los criminales del Frente Atlético. Nada de autocrítica y sí un desafío a los actuales dirigentes de la entidad coruñesa, quienes están intentando superar esta grave crisis con los menores daños posibles para el club. Que pueden ser muy cuantiosos.

No se escuchó en la lectura del comunicado ningún tipo de medida interna por parte de los Blues contra los violentos propios. Quizá tuviera mayor sentido su intención de no disolverse si previamente anunciaran una limpia en casa de todo aquel, no ya que no condene la violencia, que también, sino que la practique. Con independencia de los trágicos sucesos de Madrid, elementos de los Riazor Blues han protagonizado en los últimos años episodios deplorables que han dado la vuelta a España. Y eso no es nada de lo que sentirse orgulloso, sino una lacra que soporta el escudo que dicen defender.

Si ellos se toman las decisiones de Tino Fernández como un desafío personal, o son ciegos, o no quieren ver. Quien ha dicho basta ya a los Riazor Blues es la Liga de Fútbol Profesional y el mismísimo Estado español. ¿Qué pretenden entonces los Blues? ¿Que el club se embarre en una cruzada en defensa de un grupo bajo sospecha? ¿Qué intereses defienden sus líderes?

El sábado perdieron una gran oportunidad de haberse reivindicado como un grupo pasional de seguidores que repudia los actos vandálicos, no solo los de los demás. Solo quedó claro que niegan haberse citado con el Frente Atlético y que aborrecen, como todos, el crimen de Madrid Río. Si de verdad quieren al Deportivo, el camino debe ser diferente.