Tino Fernández no puede dejar correr las fechorías de Lendoiro

Fernando Hidalgo EL DERBI

TORRE DE MARATHÓN

25 nov 2014 . Actualizado a las 10:30 h.

La de hoy será la primera junta de accionistas que no preside Lendoiro, aunque, sin duda, el nombre de quien arruinó la entidad blanquiazul sobrevolará durante toda la noche el recinto coruñés del Ágora.

A tenor de los indicios que se han ido poniendo de manifiesto, nos encontraremos una junta en la que se afeará la gestión del expresidente. Se pondrá de manifiesto su gestión chapucera, negligente e incluso irregular en el club. Pero los actuales gestores de la entidad no parece que vayan a ser pro activos en lo que a pedir responsabilidades se refiere. ¿Miedo? ¿Comodidad? ¿Un exceso de prudencia? A estas preguntas debería responder Tino Fernández, una vez que se haga evidente su decisión en este asunto.

En cualquier caso, de confirmarse que desde el nuevo consejo de administración no se adopta ningún tipo de medida contra los anteriores gestores, estaríamos ante una contradicción a explicar por parte del Consejo rector.

No es la primera vez que a Fernández se le ha oído decir que el club pedirá responsabilidades en el caso de aquellas situaciones que le vayan a costar dinero al Deportivo. También ha dicho que no le temblará la mano en acometer lo que haya que acometer «por el bien del club».

En cuanto a la segunda cuestión, qué es y qué no es el bien del club, se puede entrar en el terreno de lo discutible. Pero, en la primera, resulta poco cuestionable que la gestión de Lendoiro le ha costado y le costará al club un montón de millones. El quebranto económico que Lendoiro le ha causado al Deportivo es tan enorme como indiscutible. Y lo ha hecho además con falsificaciones contables, según cuentan los expertos y llegó a decir el propio Tino Fernández; habiendo pedido tarde el concurso y agravando la situación de la entidad, tal y como dijeron los administradores concursales; ocultando que el club estuvo en causa legal de disolución; e incumpliendo una buena cantidad de normas y leyes.

Sabiendo todo esto el presidente, que lo sabe, ¿bajo qué criterio puede dejarlo correr?