Un derbi sin puntos, pero con tensión

Xosé Ramón Castro
x. r. castro REDACCIÓN / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Celta y Dépor encaran el amistoso de Pasarón en buena sintonía y como un banco de pruebas

13 ago 2014 . Actualizado a las 19:15 h.

La fiesta del fútbol gallego se adelanta al verano. Sin la presión de los puntos, pero con la tensión del derbi con mayúsculas. Celta y Deportivo se ven las caras por primera vez desde que separaron sus caminos en la primavera del 2013. Por una buena causa, como el apoyo al necesitado fútbol base autonómico, con un estadio de Pasarón que apunta al lleno, y aún en período de rodaje, pero con la Liga a la vuelta de la esquina.

El Celta llega a Pasarón casi redondo. Con cinco semanas de puesta a punto encima y con la plantilla cerrada, aunque para esta noche Berizzo ha prescindido de Augusto Fernández y Radoja, los últimos en llegar, además de Jota que completa su puesta a punto y los lesionados Pablo Hernández y Oubiña.

El Dépor todavía está en período de ensamblaje. Comenzó un par de semanas más tarde, ha ido sumando elementos por el camino -ayer se hizo con los servicios de Medunjanin- y todavía tiene pendiente al menos tres incorporaciones capitales: los centrales y el goleador. Toché y Borja Bastón -cerca del Zaragoza-, son sus únicos elementos para la vanguardia. De cara a la contienda de hoy, Víctor Fernández no podrá contar con Manuel Pablo, lesionado en el final del Teresa Herrera, ni con Salomao, cuyo regreso coincidirá con el otoño.

El duelo se presenta como el termómetro para medir el momento de los dos grandes del fútbol gallego. El Celta ha demostrado pegada e intensidad, pero también un agujero defensivo del que urge reparación. Tiene a su favor la continuidad de la gran mayoría del plantel y un punto de forma física envidiable para estas alturas del estío, pero la presión tan arriba -del dogma de Berizzo- provoca la construcción de un equipo demasiado largo que sufre cuando el rival supera las primeras líneas defensivas.

El Deportivo ha recuperado el gusto por el juego combinativo de la mano de Víctor Fernández. Los blanquiazules han exhibido un fútbol más alegre y han ido a más a medida que su pretemporada descontaba hojas del calendario hasta alcanzar su mejor versión en la semifinal del Teresa Herrera ante el Nacional de Montevideo, al que le endosaron tres goles.

Ese fue el día de presentación de Fariña, el argentino cedido por el Benfica que está llamado a liderar al cuadro coruñés. El mediapunta puso la magia y dejó su firma con dos goles. Lo mismo que hizo Nolito en el fin de la gira céltica con Inglaterra, cuando anotó tres goles en la cancha del Everton. Los dos son los nombres propios de un partido que también será una pasarela del jugador autóctono, con una docena de gallegos en el bando céltico y seis, amén de los convocados del filial, en el deportivista.

Será, además, la primera vez que Celta y Deportivo se midan a un igual en su pretemporada. Hasta el momento han jugado con equipos de otros países o con rivales de otra categoría, pero ninguno se midió a un rival de Primera División española. Este dato, unido a la etiqueta de rivalidad hace aventurar un amistoso relativo -en cuanto a juego-. Es posible que ninguno de los dos contendientes pongan en liza el once que comenzará la Liga dentro de nueve días, pero no distará mucho. Nada apunta que sea un día para hacer rotaciones o para cambios en cadena. Porque en el fondo no deja de ser un Celta-Dépor y el factor emocional va más allá de la inexistencia de los puntos en juego.

Aunque lo primordial será el fair play. Dentro y fuera de la cancha. Los dos presidentes han sido los primeros en dar un paso hacia la concordia, para edificar un derbi vasco a orillas del Atlántico. Primero, aceptando el convite de la federación gallega. Luego, mostrando buena vecindad en la presentación. Carlos Mouriño se congratuló del regreso del Dépor a la élite y Tino Fernández le devolvió el guiño.

Y nada mejor que un partido sin puntos en juego y en plenas fiestas de Pontevedra para colocar la primera piedra de una rivalidad que se circunscriba a lo que suceda en el terreno de juego.