El andaluz, que puso de su parte para volver a A Coruña, anota un tanto para la historia del club
01 jun 2014 . Actualizado a las 01:03 h.Marchena sucede a Xisco como héroe del ascenso a Primera del Deportivo. El nombre del andaluz se inscribe en la historia del club coruñés al lado de otros tantos para el recuerdo con nombre propio, como Beci, Manolete, Stojadinovic, Vicente Celeiro... El regreso a la máxima competición tiene marchamo de campeón del mundo. Todo en una temporada en la que Marchena hizo mucho para regresar a A Coruña y se llevó un premio gordo pese a sus públicas discrepancias con Fernando Vázquez.
«Estoy en una situación en la que puedo permitirme jugar en un sitio donde apuesten por mí y donde sienta el cariño de la gente. Para mí eso es lo más importante. A mí el Dépor me ilusiona y ya digo que a estas alturas, por dinero no va a ser. No me muevo por eso», dijo Marchena el pasado mes de julio. El central se apuntó el primero para tratar de devolver el cariño a la afición y el equipo a Primera.
Esperó todo el verano hasta que a finales de agosto Marchena recibió la llamada. «Inmensamente feliz» volvió a A Coruña el defensa central, que sin embargo no pudo rendir a su nivel por las lesiones y porque la sintonía con Fernando Vázquez no fue la mejor. Después de un partido precisamente en Jaén, Marchena criticó abiertamente el planteamiento de Vázquez. Con la llegada de Lopo en invierno, Marchena pasó a ser secundario en los planes del técnico.
Atrás quedaba su espectacular gol de chilena contra el Castilla, una de las imágenes de la temporada en Segunda. «Mi relación con Fernando Vázquez es como el día que llegué. Para mí no ha cambiado nada. Cada uno tiene su carácter. Es una relación normal, como entre cualquier empleado y su jefe. A veces conectas con la gente y a veces no. No vine aquí a hacer amigos», dijo el central andaluz justo en la semana previa al decisivo partido contra el Jaén.
No imaginaba Marchena que su reivindicación tendría el sello del ascenso. Como el gol de Xisco en el 2012, el campeón del mundo llevó el delirio a la grada de Riazor.