El Deportivo cede un vibrante empate ante el Numancia en Riazor

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El equipo coruñés dio vuelta a un 0-1, se vio 2-3 por debajo y pudo acabar ganando en un partido entretenidísimo

21 dic 2013 . Actualizado a las 23:48 h.

Al Deportivo se le escapó la oportunidad de confirmar el cierre de la Liga por este año como líder de Segunda. En un partido loco y muy entretenido, con la connivencia de un Numancia que exprimió la debilidad coruñesa a balón parado, Riazor vibró como nunca lo había hecho esta temporada hasta la fecha. Un partido sin tregua que atravesó por muy distintas fases, pero en las que el Dépor debió haber ganado siempre que estuvo enchufado. El equipo coruñés comenzó flojo y concedió un 0-1 nacido en fuera de juego, remontó con un aluvión de fútbol y ocasiones mediado el primer tiempo, se equivocó al recogerse y olvidarse de la pelota para ver cómo el Numancia se ponía 2-3 y acabó aculando a su rival, empatando el partido y creando claras ocasiones como para haberse llevado la victoria.

La transformación que vivió el Deportivo tras el descanso fue lo que acabó poniendo en peligro una victoria que Riazor gozó en los 45 minutos más vibrantes de la temporada. Acostumbrados a rivales temerosos y limitados, el Numancia saltó al campo a apretar arriba, a morder y querer jugar en el campo contrario. Ahogó con su salida al Deportivo, algo hipotenso de entrada y que se vio con el marcador en contra a los 10 minutos. Juanma remachó una dejada de Regalón tras centro de Julio Álvarez. El primer toque en área del Dépor se produjo en fuera de juego, más sal a la herida abierta del balón parado, eterna sangría de los coruñeses. El Dépor vivía cabreado con el árbitro, que no vio el fuera de juego y luego se quedó con la amarilla para Juanma por meter mano a un avance franco de Bastón.

Sin embargo, el gol desató un vendaval. El Deportivo se juntó alrededor de sus centrocampistas y con Antonio Núñez abriendo el campo como extremo, el equipo de Vázquez regaló un juego de vértigo y remate que no se estilaba esta temporada. Por primera vez en la temporada remontó un resultado en contra (sólo había logrado empatar ante el Zaragoza), gracias a un juego rápido de combinación alejado de la versión efectiva pero grisácea con el balón en los pies que acostumbra el Dépor en lo que va de curso. Dispararon Juan Domínguez y Borja Bastón con cierto peligro, el mismo que generaba Natalio en contras solitarias casi mano a mano con Insua, que resolvió bien un par de situaciones comprometidas.

Mediado el primer tiempo, el Dépor remontó en un suspiro. Fueron dos arrebatos de dos jugadores bajo lupa. Juan Domínguez demostró al fin su talento con una arrancada en medio campo y un sorprendente chut colocado con la zurda, que sorprendió a Biel Ribas. El golazo no había sido asimilado por Riazor cuando Antonio Núñez, en su último partido antes de acabar su peculiar contrato, presionó con fe, persiguió la pelota, le ganó la acción a Regalón y puso un centro perfecto para el cabezazo de Borja Bastón. La grada en éxtasis no reconocía a un equipo que crecía con las combinaciones a un toque entre Culio, Juan Domínguez y Bergantiños, y con la explosiva aparición de Núñez para equilibrar el habitual despliegue de Luisinho.

Pudo aumentar la cuenta Bastón tras una de esas triangulaciones antes del descanso. Pero el intervalo cambió el panorama. El Dépor dio un paso atrás para seguir con el plan habitual que parecía olvidado en el extático primer acto. Se negó la pelota y el Numancia lo aprovechó para dejar de pasar apuros y buscar su ocasión de meterle mano al partido. Esto es, el balón parado sacado por Julio Álvarez. El coruñés avisó en una falta directa antes de que Sergi Enrich (relevo del desapercibido Antonio Tomás) acertase por primera vez. Tardó poco en meter el 2-3 en otra acción a balón parado el Numancia, mientras Riazor se preguntaba qué había pasado con el equipo del primer tiempo.

El Dépor sufrió el castigo a balón parado por olvidarse del balón y, con ello, de Culio y Juan Domínguez. La remontada del Numancia, de nuevo, fue un toque a rebato. Vázquez optó por Luis Fernández, Juan Carlos y Rudy y el equipo renació. Fue de nuevo un torbellino que se llevó por delante al Numancia, cortísimo de físico en el tramo final, y que concedió un empate que bien pudo ser la derrota. Culio chutó una falta con peligro y Ripa arriesgó el penalti para evitar que Luis encañonase dentro del área. Fueron las previas de la vomitona de ocasiones. empató Luis Fernández a centro de Culio tras un tremendo despiste de la zaga soriana, pero pudieron ser más: Culio, Insua, Juan Carlos... todos tuvieron flagrantes ocasiones para desnivelar el partido. Luis Fernández pidió un penalti en una acción a balón parado y Laure desperdició la última oportunidad, ya en el 95, atropellado en el área, muy lejos de su hábitat. El partido terminó con empate y la sensación agridulce que un espectáculo vibrante que sin embargo dejó el poso de una oportunidad perdida para el líder de Segunda.