Los futbolistas no quieren para sí mismos lo que exigen a los demás

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

TORRE DE MARATHÓN

02 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Es absolutamente injusto echar la culpa de todo lo que ha pasado a los futbolistas del Deportivo. Durante los últimos años han tenido un comportamiento ejemplar a pesar de haber soportado una y otra vez los incumplimientos de Lendoiro. Han sudado y lo han dado todo. Y si a veces han fracasado, ha sido porque su calidad no ha dado para más.

Es cierto que su reclamación llenó de incertidumbre el futuro del Deportivo, pero estaban legitimados para llevarla a cabo. Curiosamente, aunque la deuda con los futbolistas es de la denominada ordinaria, ellos han tenido el privilegio de poder ejercer una presión brutal para exigir su cobro. La reglamentación, así se lo permite.

En el caso de Hacienda y de los bancos, la mayor parte de la deuda es de carácter privilegiado, pero, en cambio, no disponen de un arma como el descenso administrativo en la negociación para recuperar sus créditos.

Los futbolistas no han estado a la altura al culpar a Hacienda y a los bancos de no haber hecho nada por salvar la situación. Pretendían cobrar el ciento por ciento de la deuda exigiendo un sacrificio a los acreedores que ellos, también acreedores, nunca estuvieron dispuestos a hacer.

Rubiales dice que los jugadores se han sacrificado, pero asegura que se les ha garantizado todo su dinero. No parece, por tanto, que el trato que pretendía la AFE fuera justo y equitativo para con los demás. Es más, si lo analizamos con distancia y nos olvidamos que por el medio estaba el Deportivo, diríamos que la AFE ha actuado vehementemente en la defensa de sus intereses, pero con gran caradura y mínima generosidad.

Y, una vez más, cabe preguntarse por los tejemanejes inconfesables que pueden llegar a hacerse en la oscuridad del planeta fútbol. ¿Cómo puede ser que los futbolistas, que son tan víctimas como Hacienda, los bancos, Lotina, Oltra, los médicos o el propio Manjar, donde sabe dios cuántas tortillas se hicieron, se comieron, pero no se cobraron, critiquen a los acreedores y no toquen un pelo al autor material de este lío tan monumental que se ha formado alrededor del Real Club Deportivo de La Coruña?

Poco o nada se arreglará en el mundo del fútbol mientras los unos se protejan a los otros, en una especie de compadreo en el que un pirata es tratado como un honrado profesional, solo porque es hombre de fútbol.