¡Que alguien haga algo! O suceden cosas, o Lendoiro se carga al Deportivo. El todavía presidente del club y responsable de su ruina no tiene intención alguna de hacer caso al ultimátum dado por la administración concursal para evitar la liquidación del club. No tiene prisa para alcanzar un convenio a pesar de que, por escrito del 2 de julio, se le ha avisado de que debe lograrlo antes de dos semanas (que se cumplirán el próximo martes) porque en caso contrario se procedería a pedir la liquidación.
Pero él sigue enrocado. Dice que no hay prisa en lograr el convenio, que ¡hay más dinero del que se necesita! y que debe ser él, y solo él, quien apruebe el convenio de acreedores.
Cualquiera que escuche hablar a Lendoiro (y que no lo conociera) podría llegar a la estrambótica conclusión de que él es el acreedor y que los demás son los que deben someterse a sus directrices. El daño que ha hecho y está haciendo al club es tremendo. Pero lo peor es el que puede llegar a hacer.
Su posición de que no hay prisa por alcanzar un convenio tiene al club paralizado y malviviendo. Y sus continuos desafíos, incluido a quien quiera optar a la presidencia, demuestran hasta qué punto solo piensa en sí mismo y en su continuidad.
Es obvio que él no va a tener ese momento de lucidez y altura de miras de echarse a un lado. Como no tuvo siquiera la decencia de renunciar al sueldo en estos momentos en los que no cobran los jugadores ni un buen número de trabajadores de las empresas del club. Y como no tiene la valentía de proponer un convenio con una quita importante. Si tan seguro está de que no ha hecho nada irregular al frente del Deportivo, no debería tener miedo alguno a la denominada pieza de calificación. Si todo lo ha hecho de una forma tan honorable, ¿por qué impedir que el Deportivo pueda reducir su deuda considerablemente?
Por favor, ¡que alguien haga algo!