¿Convenio, quimera o estratagema?

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo REDACCIÓN / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Las propuestas disparatadas de Lendoiro para pagar la deuda en varias décadas no son las que más benefician al Deportivo, pero con ellas intenta eludir responsabilidades incluso patrimoniales

15 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Siete meses después de anunciar el inicio de contactos y negociaciones con los acreedores para evitar el concurso y cinco después de reconocer lo que desde noviembre era un secreto a voces, Lendoiro sigue sin conseguir un convenio de acreedores.

La consecución de un convenio es fundamental para la supervivencia del Deportivo. Sin duda, la situación es complicada y que se alcance un acuerdo o no dependerá de varios factores: credibilidad del convenio en sí mismo; credibilidad de los gestores del club que tendrán que cumplir ese convenio, situación actual del país, y viabilidad del mismo.

¿Qué tipo de acuerdos aceptarán los acreedores?

Teóricamente, los acreedores del club aceptarán acuerdos creíbles, es decir, que se puedan cumplir. Se trata de alcanzar un convenio y no de aceptar quimeras. En este sentido, Lendoiro, hasta la fecha, busca alcanzar un acuerdo con quita cero y a larguísimo plazo. De esta manera intenta eludir que se abra la denominada pieza de calificación, es decir, que se depuren responsabilidades incluso patrimoniales. Lendoiro se cansó de pedir un trato similar al concurso del Celta, en el que llegó a haber una quita del 85 %. ¿Por qué no pide algo parecido? De hacerlo, tendría que responder por las numerosas irregularidades que ha cometido durante su gestión y que pusieron de manifiesto los administradores concursales en su informe. Una vez más, Lendoiro demuestra que si tiene que elegir entre lo bueno para el Deportivo y lo bueno para él, siempre vota por sí mismo. Pero la pregunta es: ¿pueden los acreedores aceptar convenios a tan largo plazo? De partida no parece razonable porque ofrece pocas garantías de cumplimiento en el futuro. Este es el problema. Tanto bancos como Hacienda necesitan no solo acordar una quita cero, es decir, que se les pague todo lo que se les debe, sino que tal quita sea viable. Expertos consultados por este periódico en temas concursales creen que las entidades financieras no podrían alcanzar un acuerdo así desde los parámetros que habitualmente se mueven: garantías y credibilidad. Por otro lado, un acuerdo a largo plazo lo que haría es dejar el club hipotecado durante un par de décadas, algo que a Lendoiro le podría traer sin cuidado porque a sus 68 años solo aspira a seguir de presidente unos pocos años

¿Influirá la crisis en la firma de un convenio?

La situación de grave crisis que vive España también está presente en el complicado momento que atraviesa el Deportivo. La mayor parte de la deuda es con Hacienda y con los bancos. De hecho, son 93 millones los que se adeudan al fisco y 34 a las entidades financieras. Es bien sabido la tendencia que hubo en años anteriores a mirar hacia otro lado en los temas del fútbol, tanto desde la Agencia Tributaria como desde los propios bancos. Pero ahora sería incomprensible que sucediera lo mismo. Con cinco millones de parados, la Agencia Tributaria tiene difícil facilitar un acuerdo amable en exceso con el Deportivo y con cualquier club de fútbol, cuando la maquinaria del Estado está continuamente instando embargos a empresas y particulares. En el caso de los bancos, ¿qué dirían los preferentistas si a un club de fútbol se le dan facilidades para sanear sus cuentas? Obviamente, la coyuntura obliga a estas instituciones a tener un comportamiento riguroso y, por tanto, dificultará un trato de favor al Real Club Deportivo.

¿Se puede firmar un convenio creíble con un gestor poco fiable?

La respuesta debe ser no. Lendoiro es quien ha metido al Deportivo en el enorme pozo de la deuda. Tanto los bancos, como la propia Agencia Tributaria, como los numerosos pequeños acreedores, han sufrido en sus carnes los reiterados incumplimientos de Lendoiro. La presencia del actual presidente en el club será una gran piedra en el camino del acuerdo que tanto necesita el Deportivo para seguir subsistiendo. «No nos fiamos de él», es una de las frases más escuchadas entre los principales actores del proceso concursal. Su presencia daña y lastra enormemente el futuro del Deportivo.