La infalibilidad de Juan Domínguez

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Sigue progresando y frente al Betis acreditó un 94 % en el pase y fue quien más intervino en el juego

02 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Cada vez que asoma por la sala de prensa, se le pregunta lo mismo. ¿Qué ha cambiado en Juan Domínguez? ¿Qué ha pasado para que el jugador haya subido tanto su nivel y de paso, el del equipo? Su respuesta, palabras más o menos, nunca varía: «Lo que ha cambiado es que estoy jugando». El de Pontedeume se ha asentado en el once, coincidiendo (o propiciando) la inimaginable racha de cuatro victorias y dos empates que atesora el Dépor. A mitad de este feliz camino, justo antes de visitar al Levante, Domínguez subrayaba la importancia de contar con la confianza del míster: «Así se mejora cada fin de semana». No hay mejor argumento que revisar los números para darle la razón al canterano.

Ante el Betis continuó en progresión, firmando su mejor partido en lo que va de campaña. El centrocampista resultó indispensable frente a un conjunto empeñado en abortar las líneas de pase a Valerón y condenar a los visitantes a organizar su ataque a partir de los centrales. Con el Flaco mermado, se creció su escudero. El mediapunta canario ha ido empobreciendo sus cifras al tiempo que se han enriquecido las del centrocampista gallego. En el Villamarín, ningún jugador de campo (entre los 20 titulares) tuvo menos acierto en el pase que Valerón (71%). Mientras, nadie combinó con más tino que Juan Domínguez (94%). Y eso, sin necesidad de esconderse: el 10 fue el segundo deportivista que más intervino, por detrás de Pizzi.

Fuera mantiene el nivel

Sus espectaculares datos están a la altura de los que ya atesoró en la visita al Levante. Y es que los números del canterano no se resienten lejos de Riazor. La principal diferencia entre su encuentro en tierras valencianas y el que realizó ante el Betis estuvo en lo que hizo con la bola. Frente a los granotas, optó principalmente por el pase y contra los verdiblancos eligió conducir mucho más. Los de Juan Ignacio Martínez dieron muchas más facilidades para combinar que los hombres de Pepe Mel. En ambos casos, Juan Domínguez encontró soluciones y volvió a casa satisfecho. «Siempre me baso en el sacrificio -aseguró el lunes-. Cuando lo doy todo, me puedo ir tranquilo».