Un coloso llamado Abel Aguilar

Pedro José Barreiros Pereira
Pedro Barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Manuel Marras

Destacado en ataque y defensa, disfruta de su mejor momento en A Coruña

02 abr 2013 . Actualizado a las 12:55 h.

Sostiene Emilio Viqueira, quien fue futbolista del Dépor y del Xerez, donde coincidió con él, que Abel Aguilar es un jugador de equipo grande. Pero en el colombiano nunca se fijaron los poderosos. Quizá comiencen a hacerlo ahora, pues como sargento de hierro, inasequible al esfuerzo, abandera las expectativas coruñesas de seguir en Primera División. Si en el once está claro que Valerón lleva las riendas en el aspecto anímico y sentimental, a su compañero le toca la brega y el trabajo, pero también ese sexto sentido para mostrarse en ataque o defensa durante los instantes clave del partido.

Contra el Mallorca apareció para colgarse en el aire, a la altura del segundo palo, en busca de una falta colgada por Pizzi y cabecear al corazón del área para propiciar la remontada deportivista. Ya con 1-3 en el marcador, al contragolpe Aguilar era el que buscaba el pase de Bruno Gama, pero el balón golpeó en la mano de Hutton. Y, cuando el Mallorca apretaba en busca del empate y Aouate se adelantó al mediocampo para servir al área coruñesa, otra vez el colombiano saltó con Hemed para evitar su remate hacia la portería de Aranzubia.

Pese a la nefasta temporada colectiva, Abel Aguilar ha disfrutado de protagonismo en algunos de los mejores momentos deportivistas. En el partido de la primera vuelta en San Mamés no solo marcó el tanto del empate que sacaba a su equipo momentáneamente de la zona de descenso, sino que fue el jugador visitante que más faltas recibió (tres, como Bruno Gama), el que evitó más disparos del rival, el segundo en saltos ganados (tras Riki) y el tercero que más intervino en el juego con balón.

Los dos goles de Mestalla

Y en el arranque de campeonato, marcó dos tantos al Valencia en Mestalla y lideró al Dépor en intervenciones y pases interceptados, al tiempo que figuró en los tres primeros puestos en otras cuatro categorías clave. Incluso repitió protagonismo frente al Getafe en Riazor: fue el que más tocó el balón, el que más veces lo robó y el segundo en acierto en el pase. O en aquella visita a Granada, cuando lideró los centros interceptados y los saltos ganados y fue segundo en intervenciones y despejes.

Con 28 años y cedido hasta junio por el Hércules, con el que tiene contrato por otro curso más, en la máxima categoría solo había militado en el Zaragoza, con el que se enfrentará este sábado (20.00 horas, Canal+ Liga y GolT), y el propio equipo alicantino. En el Dépor ni siquiera la sucesión de entrenadores le han impedido jugar casi todo. Imprescindible en los planes de Oltra, una lesión y la pueril expulsión que sufrió en Getafe le privaron casi por completo de la etapa de Paciência, mientras Fernando Vázquez lo ha alineado de principio a fin. Primero junto a Assunção y Bergantiños y, en las dos últimas jornadas, como pareja de Juan Domínguez en la sala de máquinas deportivista, el colombiano disfruta de su mejor momento justo cuando su equipo más lo necesita.